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PASA LA VIDA

Juan Luis Pavón

Las migas y los currículos

AQUÍ Hay Miga es la fiesta gastronómica que pone a Lora del Río de bote en bote. Gratis cueste lo que cueste para pillar algo de los 1.600 kilos de migas. Domingo de bullicio al que se arrima hoy por vez primera el presidente Griñán, aprovechando que la fecha le viene bien al candidato Griñán para hacerse querer a pie de vecindario con vistas a las urnas del 25-M. Tocará madera cuando vea que la perolada la organiza la Hermandad del Santo Entierro. Porque el PSOE se barrunta un velatorio electoral. Aunque aspira a vivir en Sevilla la próxima semana un domingo de resurrección tras la batalla Rubalcaba-Chacón.

Buen provecho tenga, señor presidente, de unas migas estupendas. Pero le recuerdo que cada vez hay más sevillanos cuyo futuro tiene el grosor de las migajas. Usted no tiene toda la culpa, el estrepitoso fracaso de nuestro sistema económico es responsabilidad colectiva. Pero su dialéctica de eufemismos cada vez que se publican estadísticas del paro, eludiendo hablar en sus justos términos, que son las cifras absolutas, es imposible que pueda constituirse en liderazgo que tire hacia arriba de los andaluces. Los votantes echan en falta, por la debacle laboral y por el escándalo de los ERE, una depuración profunda en el organigrama de la Junta y del PSOE andaluz. La necesitaban para no avergonzarse de quienes encarnan sus ideales, y considerar una esperanza de futuro a un candidato que es imagen del pasado.

A 56 días de las elecciones, son miles los andaluces que han actualizado su currículum porque aspiran a dar bocados con tal de pillar uno de los miles de puestos de libre designación que Javier Arenas y su sanedrín podrán adjudicar en la Junta si logran gobernar y no sólo ganar en número de votos. Muchos tienen trabajo pero temen perderlo. Otros muchos ya están de patitas en la calle, y la coba al PP es su esperanza de manejar poder, adquirir notoriedad y percibir un salario que, sin ser astronómico, confían en rentabilizarlo a medio o largo plazo por las conexiones que entablen desde un despacho con influencias. La cosa tiene miga.

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