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La tribuna económica

Joaquín Aurioles

El síndrome del consenso

QUÉ bondades no tendrá el consenso que tan obstinadamente defiende el presidente del Gobierno, que hasta lo antepone a la creación de empleo? Es lo que se deduce de su resistencia a tomar decisiones importantes, hasta que las diferentes comisiones y mesas de negociación consigan ponerse de acuerdo en las propuestas. Mi personal razonamiento me lleva a considerar que entre las principales ventajas de las decisiones por consenso tiene que estar el apoyo de los que lo suscriben y la garantía de que no va a haber fisuras ni torpedeo al proceso desde fuera. En este contexto habría que entender la iniciativa gubernamental de buscar un amplio consenso parlamentario para sus medidas contra la crisis (¿?), aunque hasta ahora los únicos apoyos deseados y demandados se habían limitado a los agentes económicos y sociales.

También se me ocurren algunas desventajas. Por ejemplo, que en los procesos de negociación suelen terminar imponiéndose los intereses de los más poderosos o de los que disfrutan de mejor posición negociadora, que no tienen necesariamente que coincidir con el interés general ni con el de la mayoría. También he pensado, sobre todo a raíz de la frustrante propuesta de reforma laboral, tras la reunión de Zapatero con los sindicatos, que poner de acuerdo a quienes persiguen objetivos diferentes obliga a acuerdos de mínimos, es decir, a modificar algunos planteamientos de partida, con el riesgo de que el exceso de maquillaje sobre la medida termine por incapacitarla para cumplir los fines pretendidos.

Buscando argumentos que me ayudasen a afianzar estas impresiones, me encuentro con que el consenso se recomienda especialmente cuando no existen jerarquías o autoridad formalmente constituida con capacidad para imponer el cumplimiento de las medidas, que evidentemente no es el caso, o cuando se confía en que el trabajo en común permita limar asperezas en las posiciones iniciales, especialmente las de naturaleza ideológica o doctrinal. Según leo en Wikipedia, "los métodos de consenso pueden ser apropiados cuando el riesgo personal (o emocional) de los miembros es alto, cuando la confianza es baja, y cuando se dispone tiempo para una discusión prolongada". Dados los sofisticados métodos de diagnóstico a disposición del Gobierno y la alta capacitación de sus técnicos y asesores, me veo obligado a rechazar la hipótesis de desconfianza en las medidas, así como tampoco que alguien considere que no hay urgencias. Así que me inclino por lo del riesgo personal y emocional y me encuentro con el "síndrome de la indecisión", que es algo así como la incapacidad de una persona para evaluar cualquier hecho sobre el que haya que tomar una determinación, adoptar una decisión o resolver una cuestión. Me adentro en el terreno de la psicología, de la que tanto se ha beneficiado el análisis económico en los últimos tiempos , donde encuentro una buena cantidad de motivos para la reflexión. Uno de los más curiosos es el síndrome de Peter Pan. Gente que se niega a crecer por miedo a que le dejen de querer y, para ello, deciden ignorar la realidad y se niegan a tomar decisiones.

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