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CAJASOL presentó ayer en unas jornadas específicas con la participación de varios especialistas y del arquitecto autor del diseño, César Pelli, los detalles finales del rascacielos de 178 metros que construirá en la isla de la Cartuja durante los próximos tres años y medio y que confía en tener rematado en otoño de 2012. Siempre hemos mantenido que en cuestiones de arquitectura y estética no hay reglas escritas y que por eso mismo son tan respetables las opiniones de quienes se expresan a favor y de quienes están en contra de los proyectos, los cuales adquieren valoraciones y perspectivas distintas conforme se materializan y pasa el tiempo. Cada generación ve su ciudad de distinta manera. Recuérdese, sin ir más lejos, cómo la torre Eiffel suscitó las opiniones más encontradas en su época y hoy es el símbolo más universal de París y aun de Francia, sin discusión. Tal como comentamos en su momento, han pasado varios años desde que se redactó, debatió y aprobó el Plan General que ha permitido, mediante el acto reglado de la licencia urbanística, la construcción de la nueva torre. Hubo, pues, oportunidad de presentar alegaciones y de abrir un debate, por lo que carece de sentido, y sería además contrario a Derecho, la pretensión que defienden a destiempo algunos sectores que otrora guardaron silencio de paralizar un rascacielos que ya ha superado todos los trámites administrativos. Ni Sevilla va a ser más moderna y progresista por tener el rascacielos -el primero de la historia se construyó hace 125 años-, ni el rascacielos va a anular la Giralda como el gran símbolo hispalense ni alterar la visión del cahiz de tierra declarado Patrimonio de la Humanidad. París no ha dejado de construir rascacielos por que ya contara con el hito de Eiffel. Nada impide tampoco que Sevilla tenga más de una torre, máxime si la de Pelli se ubica en la isla de la Cartuja, que desde la Expo-92 se destinó a las vanguardias arquitectónicas y en cuyo extremo el puente del Alamillo supera en altura a la Giralda. Del rascacielos hay que valorar muchos otros factores, como su impacto económico (300 millones de inversión y 2.000 empleos). Con la Giralda y con la torre Cajasol en la Cartuja Sevilla saldrá de la crisis más 'fortissima'.

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