CRECE la esperanza de vida según se desprende de ese retrato sociológico que es darse un garbeo por los enlutados recuadros y también por las estadísticas. Crece la esperanza de vida como única esperanza que prospera en este tiempo de desesperanza y de pérdida de valores, o, al menos, de subversión en sus prioridades. Y según los que manejan la cosa, los accidentes de tráfico son el motivo principal para que esa esperanza no suba un poco más, pues se trata de la causa más relevante en eso de segar vidas jóvenes. En Sevilla se muere joven por susodicho motivo y ya no compartido como antaño con los peligros del río. In illo tempore, la muerte joven en Sevilla se disparaba en el verano por dos causas. La primera era la de ahogados, principalmente en los remolinos del río vivo por la Barqueta; la otra, en la Palmera o en la Recta de Los Palacios en esas motos que ya abundaban entre la grey juvenil.