PASA LA VIDA

Juan Luis Pavón

Las ventajas de Zaragoza respecto a Sevilla

EL próximo martes 29, Sevilla tendrá su cuota de protagonismo en la Exposición Internacional de Zaragoza. Dieciséis años después de la Expo 92, a los munícipes no se les ha ocurrido otra innovación que exhibir flamenco. Menos mal que Emasesa va a explicar su intención de vender agua embotellada con la marca DeSevilla, así nos ponemos al nivel de Nestlé y Coca-Cola. Lo único que espero de la embajada hispalense es que propague a los cuatro vientos del Moncayo una verdad incontrovertible. La Expo 2008 no puede ni compararse a la de Sevilla, sea cual sea el parámetro que se utilice para calibrar su dimensión. Espero que lo digan con todo respeto y aprecio por Zaragoza y su gente. Me alegro mucho del despegue de la capital aragonesa por su conexión de alta velocidad ferroviaria con Madrid y Barcelona. Han tenido muy presente la reconversión de la Expo 92 a la hora de planificar mejor la reutilización de inmediato de los pabellones emblemáticos. Y le está sacando dentro de España (fuera es otro cantar) un partido mediático y un estado de opinión favorable muy superior al que logró Sevilla. Todavía muchos españoles creen que la isla de la Cartuja está tomada por los jaramagos.

Sevilla 92 y Zaragoza 08 son exposiciones de distinto rango. Eso escapa al conocimiento del gran público. Sólo Shanghai 2010, como consagración de la superpotencia china tras los Juegos de Pekín, podrá superar lo que se vivió en la Cartuja y sus plusmarcas de número de países participantes, tamaño del recinto, cifras de visitantes y concentración de eventos culturales. Y lo que se ha vivido después con la mayor reutilización de edificios de una exposición universal. Aunque con el innegable fracaso de mantener cerrados los principales pabellones construidos por el Estado.

Zaragoza tiene ventajas para generar mejor imagen en la opinión pública española. Unidad de acción institucional y política. El proyecto es liderado por el alcalde de una ciudad a la que nadie discute la capitalidad autonómica y las inversiones en infraestructuras. Y han llegado a acuerdos con todos los grandes grupos mediáticos nacionales. Todo redunda en la creación de un mensaje positivo y sin fisuras. En Sevilla, al contrario que en la Barcelona olímpica, el proyecto fue liderado por el Gobierno central. A buena parte de la cúpula directiva, con guerristas y felipistas a la greña, no le importaba la conexión y la empatía con la ciudad, y menos aún la reutilización de la nueva ciudad erigida en la Cartuja. Su extraordinaria ciudad efímera, Sevilla era otra cosa y tenía un Ayuntamiento totalmente rebasado por la envergadura del reto y la gestión de la herencia. Para más inri pasó a manos andalucistas. La Expo 92 fue utilizada en Andalucía para socavar la capitalidad de Sevilla y generar una campaña de agravios que dieron réditos electorales. Y el negocio mediático fue coto de los amigos de La Moncloa.

A orillas del Ebro, menos es más. A orillas del Guadalquivir, más parece menos. Tan importante es hacer bien las cosas como venderlas requetebién.

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