PASA LA VIDA

Los vips de Farruquito a 130 euros la entrada

EL asunto que ha generado esta semana más comentarios en nuestra edición digital es la entrada con calzador de Farruquito en la programación de la Bienal de Flamenco, dentro de la gira que quiere relanzar su carrera y perfilarlo como una estrella en solitario tipo Joaquín Cortés, eso sí, bailando por derecho y más jondo que el amigo de Armani. Con una diferencia: Cortés ha alquilado la Real Maestranza para actuar el 18 de septiembre (aunque parece que se va a suspender toda su gira en España, alegando una lesión) y la Bienal no lo incluye "en calidad de colaboración", mientras que le ha dado esa cobertura a Farruquito y lo presentó para su actuación del 12 de septiembre pidiéndole su director a los periodistas que sólo le pregunten de lo que a él le interesa ahora, que es vender su espectáculo. Hay que averiguar si el Ayuntamiento de Sevilla ha instituido la Carta Olímpica de la Bienal: prohibido hablar de otra cosa que no sean bulerías, aunque se suba al escenario en libertad condicional de régimen penitenciario.

Farruquito es un gran bailaor que todavía arrastra no sólo la condena penal sino la enorme indignación que generó su atropello mortal de Benjamín Olalla y la trama posterior. Muchas personas nos critican en la web, acusándonos de que le hacemos propaganda dando información de su retorno a las tablas. Lamento disentir de ellos, es noticia la persona y el personaje, y de ello hay que informar para que cada cual se forme su opinión. Y la mayor parte de los comentarios exhortan a que los sevillanos boicoteen la actuación y se encuentre con las gradas vacías, como mejor gesto de apoyo a la viuda de Olalla. Insisto: nuestra obligación es dar cuenta de un hecho y los lectores son libres para ir o no ir a ver a Farruquito, a Madonna, al sol de Antequera o al gallo de Morón.

Sí es pertinente aportar algunos datos: el nuevo mánager de Farruquito le lanza en su reaparición, pese a disponer del mayor aforo posible (Auditorio), vendiendo todas las entradas a precios más altos que los fijados en la Bienal para las estrellas del arte jondo que actúan en el Maestranza o el Lope de Vega, mucho más importantes e indiscutibles que él. Y la prueba del algodón es que además se establece una zona vip al precio de 130 euros. Cuatro veces más caro que la butaca de patio en el Maestranza durante el festival y por encima de Joaquín Cortés, un 'divino' que había rebajado su gama de entradas en el coso maestrante a 80 euros la más cara y a 25 la más barata tras estrellarse en dicho lugar hace dos años, en plena Bienal, pidiendo 150 euros para las primeras filas.

La productora de Farruquito tiene todo el derecho a intentar un taquillazo. Tanto como que resulta obvio que jamás pondría esos precios de no ser por la popularidad que ha adquirido Farruquito sólo por su detención, juicio y encarcelamiento. Estoy convencido de que van a agotarse las entradas vip. Aunque sería mejor llamarlas lobby. Son para los que desean fabricar un mito.

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