Sevilla

Santa Catalina cumple 3.000 días de cierre sin una solución

  • Los vecinos confían en que el alcalde cumpla su palabra y urgen a la Junta que dé el siguiente paso, la firma necesaria para poder iniciar otra fase de restauración.

La iglesia de Santa Catalina cumplirá este martes 3.000 días cerrada a cal y canto. Este icono del gótico-mudéjar se clausuró en mayo del año 2004 debido a la caída de unas tejas y, hasta la fecha, el Ayuntamiento y la Junta de Andalucía no han llegado a un acuerdo para llevar a cabo las obras necesarias para su restauración.

El pasado 5 de junio, dos días después de que Santa Catalina cumpliera ocho años cerrada, el alcalde, Juan Ignacio Zoido, y el arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, mantuvieron una reunión para fijar la cantidad necesaria para su reforma. Entonces anunciaron que la Iglesia, propietaria del inmueble, aportaría 800.000 euros, que se sumarían al millón de euros del gobierno municipal.

El proyecto entregado en diciembre de 2010 en el Arzobispado contempla la restauración general -cimentación, estructura, revestimientos, carpintería y acondicionamientos- por tres millones de euros, pero existe una fase de urgencia, que comprendería las actuaciones en la cimentación y consolidación y que rondaría el millón de euros.

Esta fase urgente de las obras es la que reclaman los vecinos y los miembros de la Hermandad de la Exaltación, pues cuatro pilares del templo se han hundido unos centímetros ante las condiciones inadecuadas del terreno. "No es sólo un monumento eclesiástico, es un edificio del siglo XIII, y se puede derrumbar en cualquier momento", explica Javier de Rueda, hermano de la Exaltación y propietario de el bar El Rinconcillo. El hostelero apunta: "Puede que no sea el momento más oportuno, pero hace tres años se construyeron las setas que nadie las reclamaba, y costó mucho más de lo que cuestan estas reformas".

Hay quienes piensan que los compromisos públicos han sido sólo poses políticas. En este sentido, José Javier Comas, uno de los impulsores de la Plataforma por Santa Catalina, indica que desde la Delegación Provincial de Cultura en Sevilla se ha mostrado "interés, pero nada más", aunque deja claro que "quien debe dar los primeros pasos es el Arzobispado, que se mantiene en silencio y parece carecer de interés al no necesitar el templo para los cultos y no mueve ficha para reunirse con la Administración regional".

Muchos vecinos del centro culpan a la Junta del retraso en la restauración, ya que es la única parte que falta por adherirse al acuerdo con el gobierno local y el Arzobispado. "El Ayuntamiento ya tiene liberado el millón de euros que se comprometió a invertir, y la Iglesia los 800.000 euros", comenta Antonio José Abela, propietario del bar Intramuros, que añade que "la que no da nada es la Junta de Andalucía". "Con el dinero que hay ya se pueden empezar las obras, sobre todo la parte de cimentación que es la que más urge para que la Iglesia siga en pie, pero sin la firma de la Junta no se puede comenzar", asegura.

Los hosteleros de la zona aseguran que este edificio forma parte de los atractivos turísticos de la ciudad. "Estos monumentos son los que caracterizan a Sevilla, los que hacen que sea un auténtico reclamo para los turistas, si dejamos que esto se destruya, ¿qué nos queda?", advierten.

Por lo general, los vecinos confían en que el actual gobierno local inicie pronto la prometida reforma, o al menos la fase urgente de restauración que asegure la integridad arquitectónica del edificio. "Está a punto de caerse, pero yo confío en que Zoido cumpla su palabra", apunta Valentín Collantes García, vecino del centro de la ciudad que, como otros muchos, espera que no pasen otros 3.000 días.

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