Manda huevos" es una expresión que muestra, en dos palabras, incredulidad y fastidio ante algo falto de lógica. La hizo popular Federico Trillo sin querer gracias a ese micrófono juguetón que suponía cerrado desde la tribuna del Congreso de los Diputados durante su presidencia. Fue el 17 de abril de 1997, al dar paso a una votación mientras lamentaba en voz baja la compleja redacción del texto de una enmienda de la Ley de Televisión Digital que se sometía a la consideración de los más o menos señores diputados.

Doctor en Derecho y miembro supernumerario del Opus, ingresó como número uno de su promoción en el Cuerpo Jurídico de la Armada en 1974. Cinco años más tarde accedió por oposición al cuerpo de Consejo de Estado, del que se retiró como comandante en 1989 para entrar en la actividad política a rebufo de su padre, Federico Trillo, un conspicuo político franquista que fue alcalde de Cartagena, procurador en Cortes y gobernador Civil de Teruel y Burgos. La carrera del gran muñidor judicial del PP en el caso Gürtel y en el de los trajes de Camps (el sastre dice que lo amenazó) arrancó en 1983 en AP, de la mano de Fraga. Con estos antecedentes, no es de extrañar que este hijo del franquismo exude sensación de impunidad por más pasos en falso que pueda dar, como hizo al lavarse marcialmente las manos como ministro de Defensa tras el accidente del Yak-42, ese maltrecho aparato al que nunca se debieron subir los 62 militares que se dejaron la vida en el intento de Trillo de ahorrarse una pasta.

Manda huevos que nunca recibiera a las familias de los fallecidos, por no hablar de su premio fin de carrera (política) como embajador en el Reino Unido. Y manda huevos que su número tres en Defensa, Francisco Javier Jiménez Ugarte, fuera designado embajador en Suecia, con 120.000 euritos anuales. Será por lo bien que se hicieron los suecos en la asunción de responsabilidades por un siniestro que pudo evitarse, tal como ha puesto de relieve al fin el Consejo de Estado. El eslabón que jalona su carrera fue en 2003, pero nunca se dio por aludido. Es más, considera que las urnas le habían "absuelto" como cabeza de lista del PP por Alicante en 2004, 2008 y 2011: "El electorado sí es un tribunal por responsabilidades políticas".

Manda huevosque exclamara ¡viva Honduras! ante tropas salvadoreñas, o que lanzara una moneda a una periodista por una pregunta incómoda, o que hablara de unas "playas limpias y esplendorosas" un mes después del vertido del Prestige, etcétera.

Y manda huevos, por docenas, que el Gobierno de Rajoy acabara indultando a los únicos dos condenados por las identificaciones aleatorias de 30 de los 62 cadáveres para no retrasar el funeral de Estado.

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