La crónica económica

Alberto Laborda

Hindúes en la Fórmula 1

LA semana pasada se publicó la noticia de que una escudería hindú va a participar en el próximo campeonato del mundo de Fórmula 1. Force India, su nombre, lo dice casi todo. Esta noticia me parece un interesante símil de lo que está sucediendo actualmente en el mundo económico y empresarial. Países que hasta hace muy poco encuadrábamos entre los pobres de solemnidad, ahora se pueden permitir lujos como una escudería de Fórmula 1. Es decir, han entrado en la Fórmula 1 de la economía y los negocios.

El grupo de países denominados BRIC, por las iniciales de Brasil, Rusia, India y China, y en el que algunos analistas incluyen también a Corea, México y Turquía, están dándonos toda una lección de crecimiento económico. Con un crecimiento del 10 por ciento para China o del 9,4 para la India, las tasas de crecimiento de Europa, EEUU y Japón son sencillamente ridículas. La explicación simplista la podemos encontrar en que la situación económica anterior era tan negativa que cualquier crecimiento tiene una enorme relevancia; pero no es así de sencillo.

En la India, el 70 por ciento de la población es menor de 35 años y la cualificación de sus profesionales es mundialmente reconocida. La capacidad de producción de China la convierte en el tercer exportador mundial, hay quien dice que el segundo, y no perdamos de vista que un 40 por ciento de su población se dedica aún a tareas agrícolas. En Brasil se hace frente a la pobreza creando infraestructuras y escuelas y saneando las barriadas más humildes, lo que conlleva que se facilite la creación de empresas. Y Rusia es uno de los principales proveedores mundiales de energía. Si a esta situación añadimos el envejecimiento de la población en Europa y Japón, hacer previsiones no parece muy complicado. Se estima que para 2050 el Producto Interior Bruto de estos países superará al de EEUU, Japón, Reino Unido, Italia y Francia juntos. Curiosamente, el sociólogo Lamo de Espinosa afirma que hace 500 años Asia suponía el 67 por ciento del PIB mundial y en 1950 sólo el 20. El equilibrio entre población y PIB parece que va volviendo a recuperarse.

De otro lado, hay que tener presente el tremendo mercado que estos países suponen para nuestras empresas y no sólo son los 1.300 millones de chinos, 1.130 millones de hindúes o 150 millones de rusos. Se trata de mucho más, estamos hablando de gente joven con un continuo incremento de su poder adquisitivo y con ansias de consumir y de vivir mejor.

Según el profesor de Oxford Timothy Garton Ash, la situación económica y política actual se parece mucho a la del final del Imperio Británico, en los últimos años del siglo XIX. En aquel momento, Inglaterra se encontraba sumida en una guerra absurda, lejana y sangrienta, la de los boers, que le detraía muchísimos recursos humanos y económicos; el Imperio tenía una enorme deuda exterior y dos nuevas potencias en los ámbitos políticos, económicos y militares empezaban a despuntar, Alemania y EEUU. ¿Parecido razonable? No seré yo quien responda. Eso sí, todos sabemos lo que pasó en el siglo XX. Esperemos que en el XXI sepamos hacerlo mucho mejor.

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