Visto y Oído

francisco / andrés / gallardo

'Oits points'

CONCHITA Wurst (Conchita Salchicha, ejem). Osadía. Entusiasmo para unos; provocación, para algunos. Lo del Fénix no vale gran cosa, un tema Bond con mensaje de porexpán, pero la imagen de la austríaca dijo bastante. La barbuda da grima y lo que en otro tiempo fue espectáculo de la parada de los monstruos hoy pasa por el tamiz y se convierte en icono internacional contra la intolerancia. Imaginen la cara de millones de espectadores y de un buen pedazo de la audiencia del Este de Europa, de China o de los países árabes (aunque los palestinos salieron a festejar aquella victoria del travesti israelí Dana Internacional). En 2011 Falete ya quiso representar a España en Eurovisión. Lo ha intentado tres veces y nos tememos que nadie se lo tomó en serio, aunque hubiera sido mejor candidato que El sueño de Morfeo o Lucía Pérez. Falete no es Conchita, pero se hubiera adelantado al impacto vienés.

Tras una mirada más detenida, Ruth Lorenzo lo apostó todo a la voz y no fue suficiente. No se movió ni un centímetro y no quiso que nadie le acompañara en el escenario, ni siquiera las voces del coro. La murciana es así. Ya llegó crecidita a X Factor y tal vez su malaje arrogante le ha descontado algún punto. Aunque ha sido una representante digna, aún hay que dar otro paso para estar más altos. Y no sólo ayunarle de afeitado a cualquier Falete que esté al caer.

Lo peor de España fueron los nervios de la portavoz Carolina Casado, con una pronunciación digna de relaxing cup. "Congratulazion". Y la caraja con los votos. "Oits points". Como mínimo, para otro año, deberíamos de poner a alguien que se haya pasado por los cursos de Vaughan de La 2. La china sería una buena opción. Qué manera de darles la razón a los de Pisa.

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