BREIKIN NIUS

Ignacio Gago

El enemigo en casa

LOS principales enemigos de la televisión pública andaluza son sus sindicatos y, especialmente, su extraña forma de proceder ante la gravísima crisis que asola al sector audiovisual. Cuesta creerlo, pero es tan cierto como que los engañados por las preferentes pensaban que invertían en un billete para el AVE de clase Club y no en un asiento para un mercancías descarrilado en vía muerta. Mientras en otras comunidades autónomas sus gobiernos planean privatizar la televisión pública, en Andalucía el matrimonio de conveniencia PSOE-IU apuesta por un futuro ligado a lo público. Mientras que otras regiones aplican durísimos ERE a sus cadenas por aquello de adelgazar el déficit, en Andalucía de momento la temida sigla va ligada al sector público, la Junta, al presidente Griñán y la juez Alaya. La RTVA es un mastodonte de casi 1.700 trabajadores que se lleva un pico del presupuesto autonómico, aunque la cantidad mengua de un tiempo a esta parte. Es cierto que su jefe, Pablo Carrasco, cobra un sueldo poco justificable con la que está cayendo, tan rechazable o más como las nóminas y pluses de los añejos, inamovibles e intocables liberados sindicales de Canal Sur.

Pero ni la RTVA ni Carrasco se merecen un trato tan rayano en lo canallesco y barriobajero como el que aplican desde hace meses los representantes sindicales de la televisión pública andaluza y una porción de su plantilla. Si ya se pasaron de frenada meses atrás llevando a negro la emisión por una reivindicación laboral menor, ahora se han despachado a gusto con un encierro en sedes de la empresa y esperando al director general a la puerta del parking para abuchearle, acosarle, pitarle y darle sonoros cacerolazos mientras se montaba en su coche oficial, un Peugeot matriculado hace más de una década. Las imágenes de los trabajadores de la RTVA parando y entorpeciendo al vehículo de Carrasco entre gritos de "dimisión" colocan a estos representantes al borde de las prácticas pseudomafiosas, más aún cuando se felicitan entre risas de su hazaña una vez finalizada.

Mientras tanto, el comité intercentros de la RTVA emite un comunicado cuya lectura da la risa floja -directamente- al leer que defienden potenciar ¡¡¡el teletexto!!! o que, en lo peor de la crisis, denuncien que no se invierta en el desarrollo de la televisión de alta definición. Esto es lo que hay. Por supuesto, aderezado de las mismas palabras huecas de siempre y que valen lo mismo para un roto que para un descosido, cuando en realidad lo único que pretenden son cero despidos y nada de bajadas de sueldo. Llevamos cinco largos años de crisis pero hay quienes todavía no se han enterado y, además, desconocen palabras como esfuerzo o sacrificio. En esto, medalla de oro y ¡olé! para los sindicatos de Canal Sur.

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