Cruz alzada

Juan / Moya / Gómez

La esencia

CINCO días, sólo cinco para que este júbilo incontrolado se desborde estallando por fin en alegría, para que volvamos a sentir la emoción del reencuentro y rescatemos vivencias que nuestra memoria conjuga en pasado. Cinco días para volver a soñar despiertos, para que nos ataque el recuerdo de los que un día nos dejaron; cinco días para relativizar el tiempo y pensar que este bendito sueño de las manos se nos escapa, cinco días para que nos llenemos de emoción, de pasión, de ilusión, cinco para que nos inunde de nuevo la Esperanza.

Despertad, que la espera finalmente se ha marchitado, tened el alma dispuesta para poder prender la emoción del instante y disfrutar como si el mundo después de una semana ya no volviera.

Y no olvidéis que este sueño no está hecho de oro, incienso, ni plata, que no lo conforma, sino que sólo lo barniza y adorna, la riqueza que nuestro patrimonio atesora. Mirad, ved, percibid más allá de la belleza que en estos días nos espera, sentid la esencia, el fundamento de aquello que con mimo nos esmeramos en embellecer para que sea adorado. Tomad conciencia que todo está sustentado en la Fe y que sin ella no tendría sentido alguno lo que celebramos.

Ya podríamos dejarnos arrastrar por la luz, el aire y la belleza, embriagarnos por ella, si nos faltara la fe sólo seríamos la comitiva de una comparsa de metales que resuenan o unos platillos que aturden para acompañar una escenografía a la entrada en Campana. Ya podríamos embelesarnos al contemplar la cima suprema del cincelado y del bordado, regocijarnos de haber descifrado los misterios más insondables del arte, si no tenemos fe de nada nos sirve. Ya podríamos adornar calles y terrazas, vestirnos con nuestras mejores galas, si no tenemos fe y por dentro nos preparamos de nada nos serviría.

Toda belleza desaparecerá, sus cánones variarán, y un día el tiempo se encargará de marchitar lo que hoy nos parece que es insuperable, porque lo material es siempre imperfecto y la belleza efímera y pasajera. Pasados los siglos cambian las Imágenes, los pasos, los cortejos, las costumbres, las personas; todo pasa y sólo la fe y la ilusión se quedan.

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