JORNADA espectacular la vigesimocuarta para la Liga en general y para los nuestros en particular. Al fin se mete el Sevilla en zona continental mientras que el Betis se aleja más que nunca de la otra zona, la chunga. Extraordinaria lección del Betis en la noche del sábado al conseguir algo que parecía complicado y que se puso aparentemente imposible a los seis minutos. Sólo cabe desear que no se le dé todo el mérito a Lopera por esa prima descomunal que, dicen, ofreció; que no se repita aquello de la Champions en que jugadores y entrenador no tuvieron nada que ver... tal y como se encargan de propalar desde las cloacas del club.

Extraordinaria fue la lección del equipo de Chaparro y lástima es que todo el eco recibido en el día que se homenajeaba a Di Stéfano girase más en torno a la derrota madridista que al triunfo verde, blanco y verde del Real Betis Balompié, al que con esa victoria se le abre un panorama más esperanzador. Por mucho que no haya la menor esperanza a nivel institucional, el hecho de que la sombra del descenso se atenúe ya da cierto pie al optimismo respecto al futuro del equipo. Y viendo las cosas como se desarrollan, hay que ver cómo podría ser el Betis de haber proliferado fichajes como el de Edu y no como los que llegaron para reforzar al equipo en Champions.

También excepcional la jornada para el Sevilla, mejor, incluso, que para el Betis. El triunfo de Montjuïc se vio fortalecido por los pinchazos de Villarreal y Atlético de Madrid, sobre todo por el de este último, que va desinflándose de la misma manera que se desinfla un globo pinchado. Ya en situación europea el equipo sevillista, sólo queda continuar a este paso para agarrar el premio mayor de ubicarse entre los cuatro primeros. Todo indica que va a ser así para bien del Sevilla en un curso en que le pasó de todo, dentro y fuera del campo. Jornada, por tanto, en que la Liga ganó y en la que los nuestros, cada uno en su guerra, ven más cercanos sus objetivos.