LOS músicos de la Banda Municipal se quejaron ayer con motivo de un concierto en la Catedral a beneficio de los niños con síndrome de Down. Reivindican la creación de diez plazas de músicos, hacer fijos a los interinos y elevar la categoría laboral de algunos. Como no querían que el concierto resultara afectado, protestaron de una forma singular: dejaron sillas vacías y lucieron pegatinas y pancartas. La música sonó con la calidad de siempre por una causa justa. En la cuaresma cabe todo. Y más, en la Catedral.
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