Patrimonio histórico

Adepa pide cerrar la Plaza de España y cobrar una entrada simbólica

  • La asociación solicita la inscripción del regionalismo en el catálogo general del patrimonio

La Plaza de España, máximo exponente de la arquitectura regionalista.

La Plaza de España, máximo exponente de la arquitectura regionalista. / Juan Carlos Vázquez

Medidas para acabar con el vandalismo y para invertir en su correcta conservación. La Asociación para la Conservación del Patrimonio en Andalucía, Adepa, ha reclamado un cierre efectivo de la Plaza de España, con vigilancia para garantizar su conservación, y que se cobre una entrada simbólica, de uno o dos euros, que revierta en el propio monumento, que esta semana ha sido elegido como el segundo más espectacular del mundo por la prestigiosa web de viajes TripAdvisor. Esta idea de Adepa se lanza cuando han desarrollado un ciclo de conferencias en el Colegio de Arquitectos sobre la arquitectura regionalista de Sevilla, cuyo máximo exponente es este espacio emblemático del Parque de María Luisa diseñado por Aníbal González.

El presidente de Adepa, Joaquín Egea, explicó este jueves a este periódico que el cierre existente en la Avenida de Isabel la Católica y ante el propio monumento podrían adaptarse sin ninguna para regular la entrada de visitantes, instalando un espacio para dispensar las entradas que tendrían un precio muy reducido. Con esta medida, Egea estima que no sólo se obtendrían fondos y mejoraría la conservación, sino que se evitaría la estampa de la venta ambulante que es habitual en todo el edificio.

Adepa aprobó durante la Jornada sobre el presente y el futuro de la arquitectura regionalista, en la que han participado catedráticos de historia del arte, como Vicente Lleó y Alberto Villar; y el catedrático de antropología social y cultural, Isidoro Moreno, solicitar la inscripción genérica en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz de la Arquitectura Regionalista. En el manifiesto aprobado, Adepa explica la importancia y los motivos que le llevan a pedir esta protección, que se produce tras la demolición de unas naves industriales de Aníbal González en la calle Fernando Tirado y la pérdida en los últimos lustros de numerosas villas del viejo barrio de Nervión. "Lo que diferencia Sevilla de otras ciudades, lo que le da personalidad, lo que la singulariza, es la arquitectura regionalista, en buena parte descuidada y desprotegida".

El manifiesto lamenta que se cataloguen edificios del movimiento moderno, mientras se destruyen con impunidad inmuebles regionalistas: "La destrucción no es sólo el derribo, sino la alteración de las fachadas o la eliminación de elementos cerámicos, forjas, etcétera". Ante esta circunstancia, el documento, al que se pueden adherir los ciudadanos mediante su firma, expone: "Vamos a solicitar la inscripción genérica de la arquitectura regionalista como una de las grandes contribuciones de Sevilla a la cultura española y universal del siglo XX en la que, además, los habitantes de esta ciudad, junto a otras obras arquitectónicas de diversa consideración y estilo, encontramos una de nuestras principales señas de identidad".

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