Lo que antes era una tradición de pocos se ha convertido en una costumbre de masas. La visita a los conventos del Pozo Santo y de Santa Rosalía, una vez que ha concluido la procesión de la Virgen de los Reyes, ha dado lugar a un auténtico ritual en esta mañana, en la que se llegan a formar grandes colas para ver a las imágenes marianas que representan la Dormición de la Virgen, momento que se conmemora en la festividad de la Asunción.
En Santa Rosalía hubo lleno total para contemplar a la Virgen Asunta, rodeada de flores de tela y talco. En el Pozo Santo hubo momentos en los que se tuvo que esperar -y a pleno sol- casi media hora para ver a la Virgen del Tránsito, ataviada para la ocasión con un manto rojo. Los cultos a esta venerada imagen continuarán los próximos días y concluirán con uno de los actos más íntimos y emotivos que se viven en agosto en Sevilla: la procesión interna por la residencia de ancianos, momento en el que es depositada en la cama de las personas mayores enfermas.
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