Antonio Ramírez de Arellano, rector de la US

"Las becas están dejando de ser un derecho"

  • Estará en el grupo de rectores que negociará con el Ministerio de Educación el nuevo decreto de ayudas.

-¿Por qué esa oposición frontal de los rectores al borrador del decreto de becas?

-El camino iniciado el año pasado por el Ministerio de Educación supone cambiar el sistema universitario en una parte fundamental: las políticas de fomento de la equidad y de la igualdad de oportunidades. Las becas están dejando de ser un derecho, ya que con el nuevo sistema sólo se les exige resultados académicos a las personas con menor renta. Durante 30 años, el Estado presupuestaba una cantidad para becas y, si este dinero no resultaba suficiente, se complementaba con más fondos, como pasa con las pensiones de los jubilados. Ahora, el Ministerio quiere cerrar una cantidad exacta e inamovible que se reparte entre el número de estudiantes que cumplen con unos requisitos altos.

-Es decir, y simplificando en extremo, quiere decir que a los ricos se les exigirá menos que a los pobres.

-Sí, porque a los menos favorecidos, a los que dependen de una beca, se les exige más de un 5 para poder continuar sus estudios. Los requisitos académicos no se pueden establecer según la renta del estudiante y deben ser exactamente igual para todos. Sin embargo, el Gobierno, con su nueva política de becas, exige la "cultura del esfuerzo" sólo a los más débiles económicamente hablando. Si el problema es que no hay dinero para becas, dígase, pero que no se enmascare con otras fórmulas. Lo normal en una situación como la actual sería incrementar aún más las políticas de becas para ayudar a las familias con dificultades.

-¿Es Wert el ministro que peor se ha llevado con los rectores españoles?

-La verdad es que sí. El ministro se comprometió con nosotros a tratar los aspectos técnicos del decreto de becas y, sin embargo, nos ha puesto en la situación de responder en pocos días a cuestiones con las que no estamos de acuerdo en absoluto. La premura de Wert se debe a que el viernes tiene que remitir el decreto al Consejo de Estado. Esperemos que, al igual que el año pasado, las observaciones de este organismo consigan cambiar la situación.

-¿El decreto supone algo más que la aplicación de unos nuevos criterios académicos?

-Cambiar las condiciones de acceso a la universidad es lo mismo que cambiar la universidad. Este decreto, junto a la imposibilidad de contratar a nuevos profesores, supone empezar la reforma universitaria sin preguntar, pese a que el ministro prometió que iba a contar con la opinión de las universidades. Ésta es una cuestión clave.

-El ministro hace hincapié en que el decreto pretende reforzar la cultura del esfuerzo.

-Si actualmente existe en España un lugar paradigmático de la cultura del esfuerzo, ése es la universidad, donde todo el mundo ha acreditado unos méritos para estar en ella. Lo del ministro es un fácil eslogan al que cualquiera puede adherirse, pero ni es justo ni oportuno.

-¿La reducción de becas puede derivar en un problema de financiación para las universidades?

-Si seguimos expulsando estudiantes de la universidad podemos acabar con un problema de financiación. Las consecuencias pueden ser verdaderamente graves.

-¿Podemos ir con el tiempo a un aumento de tasas?

-La solución a la situación no debe pasar por una subida de tasas, al menos en primera y segunda matrícula. La equidad exige que los gobiernos deben financiar a las universidades con fondos públicos.

-Una de las novedades que introduce el borrador es que una parte de la beca será variable. ¿Qué opinan de esto los rectores?

-Con este decreto, los estudiantes no van a saber siquiera la cantidad de su beca hasta bien adentrado el curso. Esto es grave, porque son personas con una situación económica difícil y deben tomar las decisiones el verano antes de comenzar el curso. Para muchos becados, cien euros más o menos es una cuestión importante.

-¿Qué es lo que más le preocupa de este decreto?

-No quiero pensar en la imagen del chico o la chica con notable en el Bachillerato que tenga que coger la maleta y emigrar sin formación universitaria. De verdad, no quiero pensar en ello, se me parte el corazón.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios