Puente como caído del cielo y cuando más gusto da. Un puente gratis que debe saber a gloria cuando ya la cuesta ha tiempo que se remató o, al menos, así habrá sido para algunos. Puente entre domingo y ese Día de Andalucía que suena más a sarcasmo que a cualquier otra cosa. Día de Andalucía como celebración artificiosa de algo que fue desvirtuándose tanto que en nada se asemeja a lo que soñábamos hace cuarenta años, o más. Con la tasa de paro estabilizada en cifras de tragedia, con los médicos amenazados por el SAS para que recorten la atención al paciente y con la Junta, esa industria, premiando a los que le bailan el agua, hoy es puente, un puente más en la larga lista de nuestro calendario laboral. Y la pregunta que no nos deja dormir es la de que si llegará el día en que los puentes como el que hoy cruzamos sirvan para llegar a algo que merezca la pena.