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Desde mi córner

Luis Carlos Peris

lcperis@diariodesevilla.es

Una inquietud totalmente injustificada

Ni siquiera el absurdo gol del Leganés les da a los madrileños opciones para estar en la final

Suele ocurrir. Cuando lo que se anhela no está seguro, los miedos evolucionan hasta convertirse en motivos de pesadilla. La segunda tarugada de Sergio Rico en sólo cuatro días hace que la final de Copa del Rey se mire con inquietud por ese sevillismo que ha pasado en menos de un mes del infierno a las puertas de la gloria. Una nueva estación gloriosa que ahora se observa con menos confianza que antes de que Rico se la tragara.

La vida tiene estas encrucijadas, lances en los que se pasa en un momento de la seguridad a la intranquilidad. Así fue, es y será siempre, pero cualquier persona ajena a estas calenturas sabe que el Sevilla tiene los dos pies metidos en la final de Copa del Rey. El gol de Siovas al alimón con Rico no pesa ni una ínfima parte de lo que significa el de Muriel. El tanto del colombiano es oro molido, ya que es el que le ha descompuesto el pasodoble a un Leganés que ya no sabrá a qué jugar.

Marcar en campo contrario es la forma más eficaz para el desajuste del rival, sobre todo cuando tanto es el trabajo que a ese rival le cuesta el gol a favor. Alguien podrá decirme que peor fue el resultado que cosecharon ante el Madrid en la ida y fíjense quién está en semifinales. Y sí, cierto es, pero tan cierto como que el Sevilla que saltará a la yerba caliente del Sánchez-Pizjuán será infinitamente superior a aquel Madrid que frívolamente experimentó Zidane en la vuelta.

Creo que el Sevilla diligenció en Butarque gran parte de su visa para el sábado de Feria en el Metropolitano. No hay color entre un equipo y otro, el empate a uno es un tesoro y tampoco va a tener nuevamente a su portero jugando del rival. Cierto es que el dichoso gol del empate hizo que el Leganés mejorase más de lo que puede y que el Sevilla bajase tan inesperadamente. Estamos a cinco días del gran día y a tiempo estamos de aparcar temores y hacer cola para otra fiesta.

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