La ventana

Luis Carlos Peris

lcperis@diariodesevilla.es

Se queman los bosques y las utopías

Mientras se desmorona el procés con esos padres de la patria de guardarropía diciendo yo no he sido, el país entero arde. Arden físicamente los bosques mediante la mano del hombre y arde sentimentalmente el país contemplando cómo una horda de malintencionados atenta contra su unidad. Dicen que los nacionalismos se curan viajando, ya que es la manera más eficaz para abortar esas políticas de campanario que tan malas consecuencias suelen acarrear. En ese trozo de España que fue parte del Reino de Aragón va quedando claro que el proceso no tiene sentido. El hombre que parece peinado por la turmix le intenta pasar el testigo al estrábico que va siempre a su diestra y éste mira para otro lado. Ven peligrar sus patrimonios y prefieren que sea otro el que arrostre responsabilidades mientras arden los bosques y se abrasan los sentimientos.

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