Cirugía Estética con Cabeza y Corazón

Isabel / González / Durbán

¡Me quiero operar de 'estética'!

ME considero afortunada de poder ejercer como Cirujano Plástico y quisiera compartir con los lectores lo que significa realmente la Cirugía Estética. Creo que es un concepto mucho más amplio del que se conoce.

Existen muchísimas personas que darían lo que fuera por cambiar algo de su cuerpo y que intuyen que la solución es la cirugía. Pero, por desconocimiento o por miedo... ni siquiera lo consultan. Mis pacientes desean mejorar su imagen, cambiar las medidas de su pecho, corregir el volumen de sus piernas o el aspecto de su nariz… son personas estables, seguras, con gran criterio estético. Pero también hay pacientes con la autoestima muy baja porque no cumplen los cánones de belleza actuales. Chicas con asimetrías, madres que se han estropeado tras los embarazos, jóvenes que ocultan sus orejas, que dejan de ir a la playa o de hacer deporte, con problemas de pareja...

¿Por que no corregir aquello que te disgusta? Lo importante es hacerlo con todas las medidas de seguridad, con un profesional cualificado y en un centro sanitario preparado. Si lo hacemos así, la posibilidad de que esta persona sea mucho más feliz es realmente muy alta. Mis cirugías no son de alto riesgo ya que no afectan a órganos vitales y además son de corta duración. Estudiamos previamente el estado de salud de cada paciente. Habitualmente empleo anestesia local bajo sedación. Sin embargo, se caracteriza por el alto nivel que debemos tener en los resultados. Por ello, es al propio especialista al que le interesa seleccionar muy bien al paciente y su necesidad de cirugía.

¿Cuando hay que consultar? Y ¿cuando hay indicación de operar? Cuando el problema afecte a nuestras vidas de tal modo que nos haga cambiar nuestros hábitos y afecte a nuestras relaciones personales, y sobretodo si es el motivo por el que no nos gustamos.

Desde aquí os participo que no todo lo que se consulta se opera. Los especialistas debemos tener criterio suficiente para intervenir sólo aquellos casos que estén realmente justificados. Tenemos que filtrar en la consulta hasta seleccionar a aquellos pacientes que salgan realmente beneficiados con la intervención:

Deben tener una anatomía que justifique el problema. Deben tener madurez suficiente para entender las explicaciones y tomar la decisión. Cuando un paciente acude a mi consulta por primera vez, suelo contrastar dos informaciones: la percepción que él tiene de si mismo y la mía. Debe hacerse con criterio médico. La última palabra siempre debe ser la nuestra porque la experiencia nos dirá si cubriremos las expectativas del paciente.

A los padres de chicos adolescentes descontentos les recomiendo que consulten el caso, para descartar o, en su caso, posponer la intervención entre todos. Normalmente necesitan una opinión sincera de un profesional. La mayoría de las chicas desconocen lo realmente bellas y proporcionadas que son, y los chicos desconocen el proceso de cambio que sufrirán; pero tenemos que intentar comprender que viven en una sociedad con un altísimo criterio estético. Y debemos escuchar sus motivos antes de descartar la posibilidad de cirugía para solucionarlo. A cada uno de mis pacientes le trasmito la importancia de someterse a una cirugía, seleccionando los motivos para hacerlo. Pero en cada consulta compruebo lo realmente felices que pueden llegar a ser.

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