Una exhibición en la primera comparecencia. Honor, personalidad, calidad, ambición, descaro... El Sevilla de Unai Emery mostró muchas virtudes, y buenas, en su primer partido oficial de la temporada. Cayó en la disputa de un gran título, pero lo rozó con las manos después -eso sí- de ofrecer dos caras, aunque este grupo es tan grande que sabe sacar ventaja hasta de sus momentos malos, digamos que saca tajada de sus propios defectos.

En Tiflis, por esa maldita salmonela que en mal día se cruzó con una reunión de futbolistas del Sevilla, salió a competir un equipo invertebrado por el cambio de piezas, por esa posición incial de Krychowiak en la defensa que desguarneció los terrenos en los que Messi es más temible. Emery dejó el centro del campo en manos de un triángulo que no tuvo físico para frenar el juego interior del Barça, un rival al que le era sumamente fácil superar las líneas del bloque sevillista por el centro. Pero en ese intercambio de golpes que se proponía, esa ruleta de la suerte, obraba el milagro cuando nadie daba un duro por un equipo que siempre lo da todo. Cuando se colocaron las piezas en su lugar, emergió un Sevilla que asustó de verdad a un gigante como el Barcelona.

Defensa

Las bajas obligaron a alinear no una defensa de circunstancias, sino un equipo casi de emergencias. La Supercopa fue la muestra de que Krychowiak puede ser posiblemente el único jugador insustituible de la plantilla. La presión fuerte y adelantada que ordenó Luis Enrique a sus delanteros creó mucha inestabilidad en la salida de balón del Sevilla, inseguridad que se reflejaba en la segunda línea, donde Krohn-Dehli andaba a disgusto tanto con balón -su fuerte- como sin él, lo que es mucho más comprensible. Aparecían pérdidas, como la de Tremoulinas, y faltas cerca del área por no tener esa figura del especialista en hacer la raya, equilibrar el juego y frenar contragolpes de Messi o de quien fuese. Iborra, además, no ejercía un papel positivo tan adelantado. Cuando Emery reajustó al equipo con Coke de central, el Sevilla se sintió más cómodo y confiado y empezó a tejer fútbol.

Ataque

Emery mandó presión arriba desde el principio, pero ante este equipo es difícil. Vitolo y Reyes intentaron estirar a un equipo cuya misión era tratar de tener el balón lo más lejos posible de Messi, una tarea muy grande. La posición de Iborra acabó siendo una rémora porque ni conectaba con Gameiro ni posibilitaba las entradas de Banega en esa permuta de posiciones que la temporada pasada tanto funcionó.

La marcha más apareció cuando Emery movió el banquillo, las piezas se equilibraron y los laterales empezaron a soltarse. Immobile dio mucho aire al aguantar balones arriba, Krohn-Dehli, más liberado, llegaba en segunda línea y hasta los rebotes favorecían ya a un equipo mejor colocado.

Virtudes

La fe, las agallas y la personalidad de verdaderos campeones.

Talón de Aquiles

Con Messi en el rival, quizá muchos minutos sin poner freno en un centro del campo frágil.

Uno por uno

Beto Discutido en las faltas, luego se creció y salvó varios balones claros de gol, como esa mano en el 5-4.

Coke Siempre lo deja todo. Cumplió de lateral y de central y pudo cambiar la noche en ese giro de cabeza casi perfecto.

Rami Es un defensa muy serio y lo demostró en acciones individuales. Impone respeto.

Krychowiak Su posición de salida desnudó el sistema defensivo. Es un muro y tiene que estar en su papel.

Tremoulinas En la retina queda ese error garrafal en el 4-1, pero trabajó bien en una zona en la que aparecía Messi.

Krohn-Dehli Sin balón y como pivote no está a gusto. Lo superaban con facilidad y no aguantaba el ritmo. Con Krychowiak atrás empezó a aparecer en segunda línea.

Banega Tuvo que redoblar esfuerzos en defensa. Magistral en la falta y dirigiendo.

Reyes Metió algo de miedo en la fase menos buena del equipo y, sobre todo, logró un gol que fue el inicio de la remontada.

Iborra Gris, deslucido, lento... en un partido que no era el suyo.

Vitolo Le va jugar contra el Barça y volvió a demostrarlo.

Gameiro Muy solo, pero certero en su especialidad, los penaltis.

Konoplyanka Buen estreno, con gol y con verticalidad.

Immobile Clave abriéndose a la derecha, aguantando el balón...

Mariano Metió ritmo.