Agricultura

El campo malagueño factura un 7% menos por la reducción de precios o la competencia internacional

  • Los productos subtropicales como el aguacate o el mango ingresan por primera vez más dinero que el olivar

  • Asaja teme que la nueva reforma de la PAC genere una "ruina" en el sector

Aguacates en una explotación de la Axarquía.

Aguacates en una explotación de la Axarquía. / Mayte Cortés (Málaga)

El campo malagueño ha facturado este año en el mercado nacional e internacional 682,3 millones de euros, lo que representa una caída del 6,9% respecto al año 2019 y el segundo ejercicio consecutivo de descenso. Según el balance anual hecho público este jueves por la patronal Asaja Málaga, la producción agraria ha sido de 568,5 millones de euros, un 7,3% menos, y la ganadera de 113,8 millones de euros, un 4,9% menos. 

El dato, en general, es peor que en otros años, aunque todo tiene sus matices. De hecho, hay sectores a los que les ha ido de forma espectacular, como el subtropical o las naranjas, que han marcado récords de ventas, otros que han tenido un año más bajo como el olivar, y otros que están en una depresión total como la castaña. 

El campo tiene dos grandes frentes abiertos. El primero es los precios. El precio en origen, el que se lleva el agricultor o el ganadero por su trabajo, es muy bajo y eso dificulta de forma extrema ser rentables. En los supermercados el consumidor compra los productos a un coste muy superior, quedándose la diferencia en el proceso intermedio. El segundo es la competencia internacional. Vivimos en un mundo globalizado y los productos malagueños y, en general, europeos, tienen que competir con otros que vienen de distintas partes del planeta y en muchos de esos países los costes son inmensamente menores, por lo que son más competitivos. El Covid-19 tampoco lo ha puesto fácil, por lo que perder al final del año un 7% de facturación se podría considerar asumible, aunque lógicamente hay que aspirar a más. 

Un momento de la presentación de Asaja. Un momento de la presentación de Asaja.

Un momento de la presentación de Asaja.

Hay un elemento clave y es el olivar. Es tradicionalmente el motor que tira del carro en cuanto a ventas en Málaga y su oscilación en los precios influye directamente en tener una producción agraria final mayor o menor que en años anteriores. En 2020 el olivar ha facturado 141,8 millones de euros frente a los 224,7 de 2019, por lo que la producción final agraria cae. El precio en 2020 es prácticamente el mismo que en 2014 y esa reducción se ha debido a una bajada importante de la producción de aceite en España ya que había stock del año anterior. Si hay menos producto, la ley de la oferta y la demanda dice que sube el precio, pero en este caso tampoco lo ha hecho porque otros países, principalmente mediterráneos, sí han tenido más producción.

El olivar ha tenido un año flojo en ventas pero se recuperará y, de hecho, está aumentando la superficie de cultivo. Mientras tanto, el sector que sigue lanzado es el de los subtropicales con el aguacate como producto estrella. En este 2020 ha facturado 163,5 millones de euros (131 millones el aguacate, 28 el mango, 2,2 el níspero y 1,3 el chirimoyo), superando por primera vez al olivar en el ingreso total

"Es el primer año que el subtropical factura más que el olivar porque tiene un buen precio. El olivar tiene unos altos costes de mantenimiento, ha perdido precio y necesita ayuda y agua mientras que el subtropical necesita agua", ha indicado Baldomero Bellido, presidente de Asaja Málaga. No obstante, el problema del subtropical, aparte de la escasez de agua, es que su superficie de cultivo está bastante limitada.

Hay cultivos como los herbáceos que no levantan cabeza y, entre medias, está la reforma de la Política Agraria Común (PAC), que se iniciará en 2023 pero que tendrá un periodo transitorio en 2021 y 2022. Asaja considera que la nueva propuesta realizada es una "ruina para el sector" porque, según ha explicado Santiago Sánchez, técnico de Asaja, "nos quieren imponer una tarifa plana para todos a nivel nacional, que todo el mundo cobre lo mismo, cuando las explotaciones no son homogéneas, ni tienen los mismos costes ni producen lo mismo". 

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