Julio Millán atiende a los medios de comunicación, en presencia de África Colomo y resto de miembros socialistas.

Julio Millán atiende a los medios de comunicación, en presencia de África Colomo y resto de miembros socialistas. / Europa Press

En semana de apariciones estelares políticas con Jaén en el cartel, la expresión taurina viene al pelo para no dar por finalizado cualquier asunto que, a priori, se considere cerrado, porque siempre puede surgir un giro inesperado y no sepas ni por dónde te viene el revolcón. Se trata, en definitiva, de no bajar la guardia.  Dos casos, con sus particulares hilos sueltos, tienen a los partidos y a sus factorías de argumentos a pleno rendimiento.

La denuncia del PSOE por una supuesta trama de compra de votos del PP, que se archivó, y cuya derivada se sustancia ahora, de nuevo, en los juzgados para dilucidar si los denunciantes sabían que era una artimaña falsa y preparada o por el contrario actuaron con la diligencia lógica de denunciar unos hechos, a priori, tan graves. Julio Millán y África Colomo tuvieron que declarar, finalmente, ante el juez por este asunto.  

Más cercana en el tiempo, el audio de Erik Domínguez en el que presuntamente adelanta al exparlamentario de Ciudadanos Enrique Moreno las bases de una convocatoria pública para el puesto de gerente del Consorcio Metropolitano de Jaén. Aquí la clave está en saber si en dicho momento la información era pública o no. Así se cotejará si hubo tráfico de influencias e información privilegiada, como denuncia el PSOE, o todo queda en nada judicialmente hablando.  

En cualquier caso, estos “enredos” tienen su relevancia y conviene que la opinión pública no los pierda de vista, por más hartazgo que genere en el respetable el constante ruido en la plaza. Hemos dado por buenas esas escenificaciones de apoyo al líder del momento, esos paseíllos judiciales grupales, pero conviene no abusar de tanta liturgia y ser más sobrios en las respectivas faenas. Entre el pan y el circo, a la postre, lo que interesa es el pan y de ese, metafóricamente hablando, se habla muy poco. Jaén requiere más atención de la que recibe y estas escaramuzas políticas y judiciales siendo relevantes distraen mucho a unos primeros espadas que deberían arrimarse y dejar de torear en ruedas de prensa. Vayamos a confundir lo que pasa en los partidos políticos con la realidad de Jaén.  

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