Cultura

La esperanza está en prisión

  • La argentina Laura Linares relata en 'Dulce espera' los carteos entre chicas adolescentes y reclusos en la ciudad de Bariloche · "Es su manera de salir de lo cotidiano", asegura

Durante el rodaje del documental Zapatillas nuevas, en la ciudad de Bariloche, la argentina Laura Linares se topó con una realidad que desconocía. Allí, muchas adolescentes se cartean con presos en una historia de amor que vive de las letras. Es como una terapia, como una asistencia social, pero el encanto desaparece cuando el encuentro se hace físico. Sin embargo, no siempre es igual. Linares conoció a una chica a la que las cartas le valieron la pena. Y con ella rodó Dulce espera, la película con la que participó ayer en el Festival de Cine Español de Málaga y que se pudo ver ayer por primera vez fuera de Argentina.

"Aunque parezca extraño, esa espera a un chico que no conoce y que está en prisión permite a la chica vivir algo diferente de lo que tiene a su alrededor. Le sirve para salir de lo cotidiano. Ella tiene algo que esperar, algo a lo que agarrarse", explica la directora. "Para muchas chicas el recluso con el que se cartean es el amor de su vida: hay muchas que empiezan a los 12 o 13 años a escribirse. Pero luego toda la magia se rompe", añade. Sin embargo, sus protagonistas siguieron adelante. La relación es complicada, él sale y entra de la cárcel... "pero ahí siguen", añade.

Bariloche es una cuidad rica, con pistas de esquí, turística... pero también tiene su zona pobre: "Argentina es así, llena de contrastes". Y la directora se acerca a la historia de la chica desde un punto de vista de ficción -no hay ni una entrevista en todo el documental, "sólo realidad"- y casi involucrándose con los personajes. Tanto, que el texto le valió un premio en su país natal por su "compromiso con el relato". "A mí para rodar me gusta acercarme muchísimo a los personajes. Creo que lo mejor es crear un gran lazo con ellos, alcanzar una gran confianza. Para algunas cosas es problemático, pero por suerte ese sentimiento luego se refleja en la historia, en la narración", subraya.

Linares, documentalista "de vocación", asegura que lo que más le gusta es captar la realidad de la forma más real posible. Y por eso decidió que la historia sería contada en un documental y no en una ficción. "Es una manera de poder lograr de forma directa una empatía con el público, de contar siempre la realidad", concluye.

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