Gibrexit

Cameron insiste en que los controles de Frontex en Gibraltar no afectarán a la soberanía británica

David Cameron, durante la sesión del Comité de Escrutinio Europeo.

David Cameron, durante la sesión del Comité de Escrutinio Europeo.

El ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido, David Cameron, ha comparecido este lunes ante el Comité de Escrutinio Europeo de la Cámara de los Comunes para dar explicaciones sobre el proyecto de tratado post-Brexit sobre Gibraltar. Cameron fue convocado por los parlamentarios por temor a que el acuerdo pueda provocar una pérdida de control sobre Gibraltar por parte de Reino Unido. Los euroescépticos temen que sean los guardias de Frontex de la Unión Europea los que decidan quiénes y en qué condiciones pueden entrar en el Peñón. Ante estas dudas, Cameron ha reiterado que la intención es lograr una "frontera fluida", que la soberanía británica de la Roca no cambiará ni un “ápice” y destacó que se trata de una línea roja clave en el acuerdo, según recoge el Daily Express.

Los parlamentarios más contrarios a la Unión Europea entienden que existen crecientes amenazas si Gibraltar se convierte en parte de las reglas del área Schengen, lo que supondría, a su juicio, que a los británicos solo se les permitiese permanecer en el Peñón durante 90 días a pesar de tratarse de un territorio británico de ultramar.

Cameron les explicó que se suprimirá la Verja pero los controles tendrán que realizarse en el puerto y el aeropuerto. Quienes lleguen tendrán que pasar un primer control de las autoridades gibraltareñas y luego un segundo control de Frontex, lo que les permitirá entrar y salir hacia territorio español u otros países del espacio Schengen sin problemas.

Ante las dudas planteadas sobre esta fórmula, el ministro reconoció que habrá "consecuencias para los visitantes británicos", que tendrán que someterse al control de Frontex aunque solo vayan a visitar el Peñón, "pero todo parte de la elección del Gobierno gibraltareño que quiere una frontera sin fricciones", esgrimió Cameron, recordando que el Peñón tiene competencias en materia de inmigración y fronteras.

El ministro de Exteriores explicó que para lograr una "frontera fluida" esta debería funcionar como un bajo reglas de libre circulación Schengen e insistió en que esto significaba que los controles de la UE "tendrán que realizarse en Gibraltar", pero los comparó con los controles fronterizos que realizan las autoridades francesas en el tren Eurostar -que enlaza con varias ciudades europeas- en la estación de St. Pancras en Londres. Al respecto, el diputado conservador Paul Bristow ironizó: "Mientras los españoles reclaman soberanía sobre Gibraltar, los franceses no reclaman todavía la soberanía sobre St. Pancras".

Cuando fue presionado por el ex ministro del gabinete David Jones, Cameron tampoco pudo descartar el acceso a Gibraltar de la policía española “en persecución” o con fines de vigilancia que forman parte de los acuerdos de Schengen. "Todo esto es parte de las discusiones", dijo el ministro de Exteriores.

En una serie de enfrentamientos con Jones, Cameron insistió en que para tener una frontera fluida “requería” que los guardias fronterizos de Frontex de la UE estuvieran presentes en Gibraltar y que una opción alternativa de un control fronterizo separado en territorio español no era viable.

Líneas Rojas

Cameron recalcó las "líneas rojas" de Londres en esta negociación: "Ninguna disminución de soberanía y que cada pulgada del Peñón siga siendo británica; la base (militar) debe seguir operando como lo hace ahora, para salvaguardar nuestra defensa ahora y en el futuro; y no llegaremos a ningún acuerdo que el Gobierno de Gibraltar no apoye y no respalde".

Respecto al uso de la base, el ministro dejó claro que su intención en que siga funcionando como hasta ahora, pese a las reticencias que ello plantea para España, y garantizó que de ninguna manera habrá presencia española de ningún tipo.

En su opinión, si hubiera un acuerdo sobre esta cuestión "la relación entre España y Reino Unido sobre este asunto podría mejorar un poco, y eso no sería malo". En este punto, citó la posibilidad de que España pudiera abandonar el veto a usar el espacio aéreo español para los aviones de la Fuerza Aérea británica.

En cuanto al uso compartido del aeropuerto, uno de los puntos en los que más ha incidido España, Cameron reconoció que sobre la mesa está la cuestión de la terminal de pasajeros, no la parte militar, pero garantizó que si no se puede llegar a algún acuerdo que satisfaga al Gobierno británico "se dejará fuera porque no estaba en el Acuerdo de Nochevieja de 2020" pactado entre Londres y Madrid y sobre el que se sustenta la negociación de la UE.

Tribunal de Justicia Europeo

Cameron también explicó que Gibraltar no tendrá que "adoptar el acervo comunitario" ni la legislación de la UE, sino que tendrá que incluir en su legislación "algunas normas que son equivalentes en cierta medida", en particular las relacionadas con Schengen. "No estarán sujetos al Tribunal de Justicia de la UE", recalcó, subrayando que Gibraltar no quiere estar en la UE.

Cameron también advirtió que el status quo actual "no puede durar para siempre". En este sentido, les recordó que España no está aplicando plenamente los controles Schengen que debería realizar en la Verja, ante el argumento empleado de que las cosas como están ahora funcionan. "Si España lleva a cabo como corresponde los controles como miembro del espacio Schengen hay muchas probabilidades de que la situación empeore", defendió el ministro, incidiendo en que ya hay algunos días en que se producen largas colas de espera en la Verja.

Los miembros de la comisión manifestaron su malestar por el hecho de que no han podido acceder al documento, ante lo que Cameron se defendió asegurando que aún no hay nada cerrado. "Nada está acordado hasta que todo esté acordado", repitió en varias ocasiones, empleando una frase que con frecuencia también usa Albares cuando habla de esta cuestión.

Seis preocupaciones principales

Los parlamentarios británicos más euroescépticos tienen seis preocupaciones principales sobre el acuerdo entre el Reino Unido y la UE sobre Gibraltar.

  1. Controles Schengen en el aeropuerto de Gibraltar: A los diputados les preocupa la introducción de normas que restrinjan la libre circulación de los ciudadanos británicos.
  2. Implicaciones para los residentes: La comisión parlamentaria destacó el importante trastorno que supondría para los gibraltareños enfrentarse a controles para entrar en su propio territorio.
  3. Nuevo régimen de entrada y salida de la UE: Con el nuevo régimen de entrada y salida de la UE que entrará en vigor en octubre se teme que los requisitos de registro biométrico puedan causar retrasos a viajeros y trabajadores.
  4. Repercusiones para los ciudadanos británicos: Los diputados afirman que existe incertidumbre sobre si el tiempo pasado en Gibraltar contaría para los 90 días de estancia de los ciudadanos no comunitarios en el espacio Schengen.
  5. Preocupaciones militares y de seguridad: A los diputados les preocupa la posibilidad de que una fuerza de guardias fronterizos de la UE impida la entrada en el territorio de personal militar del Reino Unido y de la OTAN.
  6. Supervisión del Tribunal de Justicia Europeo: Preocupa que el Tribunal pueda intervenir en asuntos fronterizos y comerciales.

Reacción de Picardo

El ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo, se mostró decepcionado por la incapacidad de los miembros del Comité de Escrutinio para "comprender la relación constitucional entre Gibraltar y el Reino Unido y los problemas que el Brexit ha creado para Gibraltar".  

“David Cameron ha sido claro al establecer que ni él ni yo vamos a ceder en cuestiones relacionadas con nuestra soberanía. Sin embargo, los miembros del Comité de Escrutinio parecen querer creer todo lo que leen en los periódicos por encima de los testimonios que se les presentan. Además, parecen querer hacer la vista gorda ante los enormes problemas que su Brexit ha creado para Gibraltar y nuestro actual modelo económico. Y lo que es más preocupante, parece que no entienden algunas de las cuestiones que se plantean y cómo resolverlas de forma legal y lógica", indicó.  

"Proteger al pueblo de Gibraltar y preservar plenamente nuestra soberanía, jurisdicción y control implica algo más que plantear preguntas provocadoras: conlleva trabajar para lograr resultados factibles", indicó el ministro principal, que se mostró dispuesto a testificar ante el Comité. 

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