Tribuna

Juan ramón medina precioso

Catedrático de Derecho Constitucional

Doce preguntas para Illa

Doce preguntas para Illa

Doce preguntas para Illa

Ha ganado el PSC las elecciones catalanas? Depende. Ha obtenido más escaños que los demás partidos, pero Illa aún no tiene asegurada la presidencia de la Generalidad. Según los socialistas, el PP no había ganado las elecciones españolas porque, en una democracia parlamentaria, no importa el número de escaños, sino las alianzas para gobernar. Ahora dicen que el PSC ha ganado las elecciones catalanas porque ha obtenido más diputados. ¿Cuándo llevaban razón? Según ellos, en ambos casos, porque la verdad es lo que favorezca a su partido.

¿Se abrirá una nueva etapa en Cataluña si Illa logra la presidencia? Depende. Si uno se refiere a que el presidente no milita en un partido declaradamente separatista, la respuesta sería afirmativa. Si uno piensa en la inmersión lingüística en catalán o en las “embajadas catalanas”, la respuesta sería negativa. A efectos prácticos, apenas se notaría la diferencia con los gobiernos separatistas en esos asuntos.

¿Cree Illa que Cataluña es una región de España? Negativo. Nunca ha discrepado de su predecesor Maragall, que aprobó un Estatuto en el que Cataluña era una nación. Ni de Montilla, que se manifestó bajo una ilustrativa pancarta: “Somos una nación. Nosotros decidimos”. El mero hecho de que exista el PSC ya lo prueba.

¿Defendería, entonces, Illa la autodeterminación de Cataluña? Negativo. Hablaría más bien de plurinacionalidad. Como ha dicho el pepero Margallo, no trataría de sacar a Cataluña de España, sino a España de Cataluña. Es lo que el ex presidente Zapatero ha llamado el “pleno reconocimiento del carácter nacional de Cataluña”.

¿Sería Constitucional ese reconocimiento nacional de Cataluña? Depende. El Tribunal Constitucional corrigió ese aspecto del Estatuto promovido por Maragall, pero puede que ahora opine lo contrario. Después de todo, antes de las elecciones españolas los socialistas decían que la amnistía era inconstitucional, pero una semana después ya era impecablemente constitucional. Como comentó el socialista Peces Barba, la Constitución dirá lo que la mayoría política de cada momento quiera que diga. No creía necesario cambiar la Constitución; le bastaba con reinterpretarla.

¿No se rompería así la soberanía única del pueblo español? Posiblemente, pero ya Rubalcaba nos lo aclaró: “A los míos no les pone cachondos lo de la soberanía”. Lo han demostrado en las negociaciones sobre Gibraltar.

¿Ha finalizado el proceso separatista? Depende. Los principales protagonistas del golpe de 2017 han perdido influencia, pero el separatismo sigue presente. Capitaneada por Bernat Dedeu, ha habido una llamada a la abstención desde las propias filas separatistas: Motivo: sienten que sus líderes los engañaron. Como confesó Ponsatí, “íbamos de farol”. Y eso cabrea.

¿A quien ha beneficiado la política de concesiones de Sánchez? Fundamentalmente a Illa y a los VIP del separatismo. De ahí la abstención. El sanchismo emite un halo de lisis que impide el crecimiento de todo lo que se le acerca. Han bajado Sumar, IRC y Juntos. Solo han crecido los sanchistas y los que se oponen al sanchismo.

¿Habría alguna novedad en la política fiscal de Illa? Depende. Defiende las mismas ideas fiscales de los separatistas; pero, más novedoso, las aplicaría. En concreto, quiere implantar el consorcio tributario hispano-catalán previsto en su Estatuto. Solo que lo ha ampliado con una burda trampa: pretende que su consorcio recaude todos los tributos que se devenguen en Cataluña, cuando lo legal sería que se limitase a los impuestos específicos de Cataluña. En resumen, Illa quiere implantar el cupo fiscal catalán, análogo al que ha conducido a que las provincias vascas dispongan de una renta pública por cabeza muy superior a la media española. El consorcio ampliado que quiere Illa sería un golpe mortal a la Agencia Tributaria y a la igualdad entre los españoles.

¿Qué significa la ordinalidad fiscal de la que habla Illa? Las regiones que más aportan, Madrid, Baleares y Cataluña, serían las que estarían arriba en el ranking de financiación tras el reparto. En vez de una política socialista redistributiva, la ordinalidad es una forma muy eficaz de dificultar la convergencia económica entre las regiones más ricas y las más pobres.

¿Por qué es Pancracio el santo favorito de Illa? Quizás porque porta la palma del martirio en una mano y una bolsa con monedas en la otra. Un símbolo perfecto: el victimismo de España nos roba y la aspiración a llenar las arcas catalanas. Pero Pancracio, que no creía en la ordinalidad, repartía su dinero entre los necesitados. La política fiscal de Illa se parece más a la del evangelista Mateo: al que más tenga, más le darán.

¿Por qué muchas personas socialistas o comunistas votarán en las europeas a partidos que defienden los cupos fiscales y la ordinalidad en el reparto de lo recaudado? Desde luego, no por amor a la igualdad, sino quizás por amor a las siglas. Para los socialistas que realmente quieran la igualdad material, Izquierda Española.

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