Tras tres horas y 26 minutos de tremendo tenis, de lucha al límite, Alejandro Davidovich hincó la rodilla ante Borna Coric en el Masters 1000 de Madrid. En un símil de la película Match Point de Woody Allen, el partido se desequilibró en el tie break del tercer set. Un revés de Coric se estrelló en la cinta con 5-5 en el marcador, quien lo ganara tenía punto de partida. La bola cayó muerta en el campo de Davidovich. Coric remató con un gran saque y volea para cerrar la victoria por 6-7 (5), 6-3 y 7-6 (5).

Una pena para Davidovich, que tenía una gran oportunidad con un cuadro asequible. Por delante esperaba en cuartos de final el alemán Daniel Altmaier, número 92 del mundo y que se plantó en los cuartos de final tras ser lucky loser. El malagueño va dando pasos en su crecimiento como jugador. No pierde prácticamente este año ante jugadores con peor ranking que él. Coric es el número 20 del mundo y tras una grave lesión de hombro que le tuvo parado un año ha cogido de nuevo velocidad de crucero. Está siendo más regular Davidovich y avanzando rondas, aunque con ese límite de cuartos de final hasta ahora, pero en esta línea los resultados deben llegar.

El partido tuvo muchos picos y altos. Davidovich no optimizó las pelotas de break como sí hizo Coric. El croata acertó con casi la mitad (5/11) mientras que Davidovich sólo 3/14. Se le fueron varios 0-40 que no pudo cristalizar. La duración del tercer juego de partido, 15 minutos, avisaba de lo que se venía por delante. Se sucedían los breaks al inicio hasta que el duelo se equilibró y Davidovich remataba en el tie break (7-5).

En la segunda manga Coric llevó el peso y con dos breaks consiguió materializar el 6-3 que llevaba al set definitivo. También ahí hubo alternativas y hubo un momento clave. Davidovich rompió para colocarse 4-3 pero no consolidó el break y el rival rompió. De manera agónica, con calambres y dolores y algunos puntos de calidad, Davidovich llevó el set a la muerte súbita. Tras un espectacular globo se colocaba 5-5 tras un 3-0 de arranque. Y ahí llegó ese punto que la red decidió dar a Coric, con match ball. Y no perdonó.