Granada CF La Resaca

El Granada se acostumbra a hacer mal las cosas

Un aficionados se asoma sobre el rótulo que pone Granada CF en el estadio

Un aficionados se asoma sobre el rótulo que pone Granada CF en el estadio / Antonio L. Juárez / Photographerssports (Granada)

Unos meses después de no seguir Diego Martínez al frente del Granada fui a la Ciudad Deportiva del club a hacerle una entrevista a Patricia Rodríguez, entonces directora general de la entidad. La charla iba a versar sobre el papel de la mujer en el mundo del fútbol, pero antes de empezar le dijo en tono de broma que le iba a preguntar por Diego Martínez. “Aquí en Granada estáis obsesionados con Diego”, me contesto, seria y enérgica.

Jamás olvidaré su respuesta. Tampoco lo que en aquel momento pensé y no le dije. “No tienes ni puta idea de fútbol y no empatizas lo más mínimo ni con este club ni con sus aficionados”, es lo que me vino a cabeza. Retornó a mi mente la anécdota y también la conclusión a la que llegué durante el homenaje, por llamarlo de alguna manera, que el Granada dio este domingo pasado a Antonio Puertas y Víctor Díaz.

Dos leyendas del granadinismo se despidieron prácticamente por la puerta de atrás, recibiendo un obsequio junto a los banquillos con el estadio semivacío y sin la presencia de ningún dirigente de la entidad junto a ellos. Porque hay que recordar que Pepe Macanás ya no forma parte del Granada. ¿Dónde estaban García Amado y Sophia Yang? ¿Por qué no estuvieron en el acto? Más allá de que tenía que haberse hecho de otra forma y en otro momento.

Igual

Es triste comprobar cómo ha sido la salida de la mayor parte de los protagonistas del ‘EuroGranada’. Desde el propio Diego, sin poder recibir la ovación del estadio, a jugadores como Montoro, Germán o Quini, a los que se dio poco menos que una patada en el culo porque no servían.

Curioso lo del cordobés, que no servía para esta temporada, pese a que ahora es uno de los héroes del Olympiakos y el club granadino, mientras, no ha parado de traer laterales derechos e izquierdos para reemplazarlo que no han servido. Otra brillante gestión en los despachos.  

A veces da la sensación de que los dirigentes del Granada tienen el club como un hobby con el que se divierten y pasan el rato, pero sin ningún tipo de aprecio ni a la propia entidad ni a sus abonados y aficionados, que son el Granada en sí mismo. En demasiadas ocasiones parece que los mandatarios ni sienten ni padecen y que el Granada y sus seguidores les dan igual.

La penúltima

Otra más. Pese a solicitarlo la Asociación Granadinista 5001, no ha habido minuto de silencio en ninguno de los dos últimos partidos en casa del Granada para recordar a José Luis Entrada, granadinista e historiador del club recientemente fallecido. El feo habla solo.

Ni siquiera hubiera hecho falta que nadie lo reclamara, ya que el club tiene que ser capaz de obrar por sí mismo, pero encima de que ha sido solicitado por una asociación que representa a accionistas de la entidad, es incomprensible que ese minuto de silencio no se haya producido.

Está a punto de terminar una temporada para olvidar tanto dentro como fuera del terreno de juego, en la que futbolistas y dirigentes no dan una a derechas, cargada de pequeñas cagadas que conforman una mierda como una catedral de grande. A veces da la sensación de que, aunque se quiera, es imposible hacerlo peor, que no se puede caer más bajo.

El cierre

El Granada cerrará la temporada el próximo viernes en Girona y sumará su quinta derrota consecutiva. No hay que ser un genio para adivinarlo. Ni con honor ha sido capaz de caer el equipo a Segunda, ni haciendo a su afición estar tranquila y orgullosa de sus jugadores ha descendido.

Todo lo contrario. Lo ha hecho con partidos que han dejado mucho que desear, como el bochorno sin paliativos del Rayo Vallecano, como la infumable actuación de la salida anterior al feudo del Sevilla. Con el nivel de profesionalismo de algunos quedando por los suelos, con un chaval del filial sacando los colores a un buen número de jugadores.

“Obsesionados con Diego”, dijo Patricia que estábamos aquí. Bendita obsesión, glorioso pasado, que dio lugar a un tétrico presente y a un futuro más que incierto. “No pasa nada si se baja a Segunda”, admitió hace poco García Amado. Y se quedó tan pancho. Está confirmado. No tienen ni puta idea de fútbol y no empatizan lo más mínimo ni con este club ni con sus aficionados. A así nos va.

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