El nuevo equipo de gobierno del Ayuntamiento de Huelva suspende el procedimiento de licitación de las obras de remodelación de la Plaza Isabel la Católica, más conocida como Plaza Niña, "para reestudio del proyecto", aunque éste cuenta con el visto bueno de la asociación de vecinos. La actuación urbanística se sacó a licitación por una cuantía de un millón de euros. 

Según indicó el portavoz del equipo de gobierno y responsable del área de Urbanismo, Felipe Arias, la idea para la Plaza Niña es similar a la de la Plaza de San Pedro, una actuación que mantenga la imagen e identidad actual del espacio público, corrigiendo los desperfectos que tiene. En la zona alta, la cubierta de los aparcamientos privados, donde se encuentra la vieja locomotora se apuesta por su rehabilitación, de forma que todo el conjunto mantenga una identidad unitaria. El actual proyecto ya contempla esta intervención y la unificación de la parte alta y baja, así como la conservación de los ficus de la plaza.

La finalidad que se persigue desde la Administración local es que todo el centro histórico de la ciudad mantenga una fisonomía similar y que se respete "la imagen clásica" tras las necesarias obras de mejora y rehabilitación, de ahí la instalación de un mobiliario urbano que consideran acorde a ello como las farolas tipo Fernandina e Isabelina, que se va a extender a las nuevas áreas peatonales de la ciudad.

La locomotora es uno de los atractivos de la zona de la Plaza Niña, es de finales del siglo XIX, la número 1 de las que adquirió el Puerto de Huelva para trabajar en su zona de servicio. Se compró, junto con la número 2, a la casa Cockerill de Bélgica. Es una locomotora a vapor de veinte toneladas de peso adquirida para el servicio del muelle embarcadero de mercancías. Los vecinos piden que se restaure y que se coloque algún elemento de protección que impida que la gente se pueda acercar a ella.

El proyecto que el equipo de gobierno quiere modificar contempla la conservación de los elementos característicos del espacio público, por una parte los ficus y, por otra, el monumento a Sor Ángela de la Cruz, obra del escultor ayamontino Antonio León Ortega. La remodelación del espacio público es una antigua reivindicación vecinal, se lleva reclamando desde hace décadas.

Se contempla en este proyecto, que el actual equipo de gobierno rechaza, convertirla en un único espacio a dos niveles. La parte superior, sobre los aparcamientos privados, donde está la locomotora de finales del siglo XIX, tendría el mismo tratamiento de pavimentación y mobiliario. Como punto de partida se ha tenido en cuenta la importancia de comunicar la zona alta de la plaza con la zona baja. Para unificarlas es fundamental eliminar el paso de vehículos entre ellas, por lo que se proponía desviar el tráfico rodado de la calle Alonso Sánchez hacia la calle Niña.

Aparte, para quitar las barreras visuales entre la parte baja y la alta es necesario mejorar la accesibilidad, suavizando las pendientes y transformando las escaleras existentes en tramos que permitan una bajada más cómoda.

El proyecto que se quiere cambiar incluye dos grandes alcorques alrededor de los ficus, unos bancos de hormigón blanco y madera, que permitirían el desarrollo de las raíces de los árboles, que se cubren en superficie con tarima de madera que crearía una cámara para que pudieran crecer adecuadamente estos ejemplares arbóreos, que se consideran como eje en torno a los cuales se diseña todo el espacio. Además se instalarían en la renovada plaza maceteros de gran porte de hormigón con especies arbustivas. Por otra parte, desaparecería la fuente ornamental y la palmera, que se trasplantaría en otro lugar