Análisis

Gumersindo Ruiz

Rentas laborales, educación y política

De la Encuesta Financiera de las Familias, que publica el Banco de España con datos de 2022, sacamos algunas ideas. La primera, que la renta por todos los conceptos mejora de 41.400 a 43.060 euros; sin embargo, las rentas familiares laborales medias se frenan en 36.450 euros, frente a los 37.200 anteriores. Dado que las rentas del capital están muy concentradas, se está compensando con ayudas públicas los relativamente bajos salarios que se pagan. Dentro de las rentas laborales, el 40% que gana menos está por debajo de 20.000, y el 10% que más gana supera los 100.000 euros; las clases de asalariados cambian poco, sube algo el grupo entre 80% y 90% que más gana, pero no se consolida una clase media con sueldos satisfactorios. Por edades, entre 65 y 74 años aumentan sus rentas por encima de la media; hay mejoras en el grupo entre 45 y 54 años, sin embargo los salarios de los que tienen menos de 35 años se estancan, y las mejoras que se dan en las pensiones y para trabajadores consolidados, no se corresponden con lo que se está pagando en los empleos que se crean para trabajadores más jóvenes.

Pero lo más llamativo sigue siendo la educación; los trabajadores que no tienen bachillerato (44%), sí lo tienen (32%), y con estudios superiores (23,5%), ganan de media 25.000, 37.000 y 57.000 euros, respectivamente, y aunque hay trabajos que se ocupan por personas que tienen un exceso de preparación, si no es con una mejora fuerte en formación nunca se va a avanzar en la calidad de trabajos y sueldos. En torno a la educación hay estos días manifestaciones defendiendo su calidad, y ante el poco aprovechamiento escolar, veo cada vez más interesantes los trabajos de científicos neurológicos que hacen hincapié en la importancia del desarrollo cognoscitivo en niños desde que nacen hasta los 3 años. Después de Piaget se ha avanzado mucho, y la profesora Usha Goswami, de Cambridge, explica que hay diferencias genéticas, entornos celulares y conexiones distintas entre regiones del cerebro, que influyen en la inteligencia; pero el cerebro –dice Goswami– está dentro de un cuerpo, que se desarrolla física, social y emocionalmente, lo que da forma al niño, su aprendizaje y capacidades. La genética tiene su papel, el desarrollo educativo el suyo, y proporcionar un entorno óptimo para niños muy pequeños es fundamental. Aunque es un tema que parece no tener marcha atrás, cada vez que lo pienso me resulta más incomprensible que en Andalucía se haya renunciado a una cantidad importantísima de fondos europeos para nuevas guarderías, que no son lugares donde aparcar a los niños, sino que podrían haberse especializado en tecnologías avanzadas de desarrollo del conocimiento, para aquellos que más lo necesitaran por no disponer de un entorno adecuado, o en zonas desatendidas. El error está en poner el foco en la actividad económica antes que en los propios niños, y lo inteligente habría sido coger los fondos y añadir la actividad pública a la subvencionada. Puede parecer un razonamiento rebuscado, pero no es disparatado vincular mejores trabajos, mejores sueldos, y educación, con la magia de cómo los niños desde que nacen adquieren y desarrollan unas capacidades que pueden influirles a lo largo de sus vidas.

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