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Otros 5.000 abonados menos en el curso 08-09

  • La expectativa para esta temporada, tras la postura de Lopera de no irse y el descenso, poco halagüeña

El número de abonados en el Betis sigue cayendo en picado desde la temporada 05-06 y las expectativas para la próxima no son, a la fecha, nada optimistas, sobre todo a tenor de la escasísima afluencia a las taquillas desde que se abrieran para tales menesteres el pasado 1 de julio.

Fiel a su política de años anteriores, el club no ha realizado una campaña para la captación de nuevos abonados y se ha limitado a enviar a los ya socios de la entidad un aviso de cobro y un tríptico con los precios y el lema ¡Abónate! ¡Tú eres nuestra fuerza! Ello, unido al desencanto motivado por el descenso de categoría del primer equipo y por la postura de Manuel Ruiz de Lopera de permanecer al frente del club contra viento y marea, ha motivado que el número de abonados verdiblancos que hayan renovado el carné a la fecha pueda considerarse irrisorio.

Además, a todo lo anterior, hay que añadir que el club heliopolitano ha decidido mantener los precios pese al descenso, circunstancia que, si no desinterés, sí ha motivado hasta la fecha al menos dudas en muchos aficionados, máxime en tiempos de crisis económica como los actuales. Algunos están pensando si renovar su abono y otros aguardan la marcha de Lopera o una noticia esperanzadora para decidirse a pasar por taquilla.

Aun así, la desertización de Heliópolis es un hecho progresivo desde la temporada 05-06, cuando el equipo campeón de la Copa del Rey estuvo ya a punto descender y tuvo que salvarse en la penúltima jornada en casa frente al Mallorca. De los 42.000 abonados de esa campaña pasó a unos 40.000 en la siguiente, cifra que bajó hasta los 35.000 en la temporada 07-08. La que acaba de concluir se ha saldado con una cifra que superaba en muy pocos los 30.000 abonados, de ahí que para la siguiente pueda bajar ese listón, lo que quizá podría significar la cifra más baja de abonados desde que el equipo ascendió el 8 de mayo de 1994 en Burgos.

Lógicamente, aunque no salga a la luz, la preocupación de Lopera es tan evidente como su incapacidad para levantar expectativas, algo que sólo lograría yéndose del Betis, como le solicitó el beticismo en masa el 15-J.

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