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los invisibles

"Berlanga me invitó al rodaje de 'Patrimonio Nacional"

  • Rafael Alejandro Arboleda. Le pisó los talones a 'Los 40 Principales', hubo un tiempo en que sólo García lo superó en oyentes. 17 años después, vuelve a la radio el Arboleda perdido

ERMITAÑO global, Rafa Arboleda (Úbeda, 1961) cambió Sierra Mágina por la serrana Estepa después de pasar por la jungla de asfalto, vulgo Madrid. 17 años después, esta voz única ha vuelto a una cadena nacional.

-¿Qué aprendió en Madrid?

-Al catedrático que nos daba Tecnología, Antonio Lara, le dije que cuándo empezábamos las prácticas y me respondió que los aparatos de la Escuela estaban en la Filmoteca y en el instituto de Radio Televisión Española.

-¿Se quedó en la teoría?

-Fui a la Filmoteca y hablé con su director, que era Luis García Berlanga. Me dio un taco de entradas de cine y me invitó al rodaje de Patrimonio Nacional.

-¿Cuál fue su escuela?

-El aprendizaje lo hice en las fuentes. En 1982 me voy a Nueva York y San Francisco y cuando llego a Madrid en 1985 llevo todo eso asimilado. Es el año que llegan a Madrid Gordillo, Relaño y Fontán, que me llamó. Estuvimos a punto de cazar a Los 40 Principales y todas las casas discográficas le pidieron mi cabeza.

-¿Les resultaba incómodo?

-En muchos sitios. Cuando hacía las noches de Radio Sevilla y llegó el Loco de la Colina, Quintero se aseguró de que no seguía.

-¿Qué revoluciona la radio musical española?

-La fórmula se la trae Fontán de la convención de Las Vegas 1967.

-Una vez coincidimos en un concierto de Sade en Barcelona.

-La única vez que acepté la invitación de una discográfica. La radio lo que tiene que hacer es cuidar la antena. Nada de despachos, nada de corbatas, nada de moquetas. La radio es comunicación, no es guionistas, ni presupuesto ni un equipo.

-¿Le fue infiel con la publicidad?

-Los publicistas escuchaban mis programas. Gané muchísimo dinero con la publicidad, pero lo más importante es lo que he hecho gratis, permitir que la gente sueñe y se relaje por la noche.

-¿De quién fue la voz?

-De la Conferencia Episcopal y del Póntelo, Pónselo. De muchos coches. El de Larios es el que más tiene la gente en el oído. Y el de Andalucía: Andalucía sólo hay una. Igual que hay gente que tiene fotogenia, yo tengo fonogenia. Lo que tenía Frank Sinatra.

-¿Dónde llegó con la radio?

-No me estoy tirando ningún moco. Con el Top de Madrugada, en Radio España, en el EGM del 87-88 éramos segundos después de García. Por delante de Radio Nacional y de la Ser con el abuelito (Julio César Iglesias).

-¿Programa al paisano Sabina?

-Evidentemente. Estudió en el mismo colegio que yo, pero diez años antes. Hay cantautores imprescindibles. Sabina, Aute, Hilario Camacho.

-Es el Arboleda perdido...

-Suena a Alberti, que estudió en los jesuitas como yo. Me he congraciado con este Papa. Yo viví la transición en el Portaceli.

-¿Quién le escucha?

-Hay mucha gente sola en el mundo. Yo también soy un tipo bastante solitario que tiene cuatro amigos, no más, que tuvo sus depres y una especie de autodestrucción que me tiene nueve años sin probar el alcohol.

-¿Quién le ha rescatado?

-Curiosamente ahora estoy en esRadio, la emisora de Jiménez Losantos. Cuando hacía Enciende la noche en Cadena Cien, me cruzaba con Federico, con Luis Herrero y con García, con quien ya había coincidido en la Ser.

-¿Por qué se fue a Estepa?

-Porque mi madre tiene casa y aquí están mis discos y mis libros. Yo no tengo coche ni casa ni nada que se le parezca. Soy de la opinión de que en el ataúd sólo cabes tú.

-¿Dónde estaba la selva, en Sevilla o en Madrid?

-La selva está en todas partes. Lo dice Antonio Escohotado en Caos y orden. Los comportamientos se reproducen en grupos de 25 personas y de 25 millones.

-¿Qué contenidos ofrece?

-Depende del día, de la semana. Todos estábamos accionando mentalmente el freno de ese tren. En mi etapa anterior, cuando había un atentado, empezaba: "¡Hola, asesino! ¿Qué tal se siente hoy? ¿Está contento de lo que ha hecho?". En la radio le estás hablando siempre a un tú. Dirigirse al ustedes, al grupo, a la familia va en contra de la comunicación.

-¿Qué obispo le encargó el anuncio de la Conferencia Episcopal?

-No lo recuerdo. Sí recuerdo que lo hicimos los dos más golfos de la promoción, Ramón Langa y yo.

-¿Y el de 'Póntelo, Pónselo'?

-Cuando empezó, yo estaba en Chicago. Había estado en el hipódromo en la carrera del millón de dólares y vi por televisión el comienzo del spot y la manifestación. Mi madre estuvo quince días sin coger el teléfono y llegó a confesarse de ser la madre del que hacía el anuncio del Póntelo, Pónselo. Mi madre es muy religiosa. Yo estudié en los carmelitas, salesianos, jesuitas y agustinos.

-Si volviera a publicitar Andalucía, ¿qué ve?

-Por un lado, el mar de olivos que me llevan al aceite, a lo más terrenal, a donde he nacido. Hay tardes que desde lo alto ves la sierra de Pozoblanco. En sentido contrario, de noche parece que ves un mar de verdad, que son en realidad las casas como barquitos de Herrera, de Marinaleda.

-La princesa Micomicona dice en el Quijote que Osuna tiene mar...

-Por la noche lo tiene. Sin duda. Lo mío es la nocturnidad.

-¿Cómo surgió su vocación?

-Desde pequeño. Si me quedaba malo, lo único que hacía era escuchar la radio. Soy un tipo raro. El cuarto de siete hermanos. El único pelirrojo. Un niño que aprendió a leer solo.

-¿Una vivencia inolvidable?

-Cuando con un furgón me fui con mi hermano Antonio, el pequeño, y le dimos la vuelta en 45 días a los Estados Unidos. Allí nació la radio con la ley anti-trust y la ley antimonopolio que sellaron el triunfo de la radio local sobre las cadenas nacionales.

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