A las 19:40 el arzobispo, monseñor Asenjo, ceñía la corona de oro sobre la Virgen del Carmen y la iglesia del Santo Ángel irrumpía en un gran aplauso que se prolongó durante varios minutos. Sólo fue interrumpido por una proclama: "¡Viva la Virgen del Carmen!". Seguida por: "¡Viva la Santísima Virgen del Carmen Coronada!". Los fieles irrumpieron en otro gran aplauso mientras desde los óculos de la cúpula comenzaba a caer una fina lluvia de pétalos sobre la bella imagen de Cristóbal Ramos, restaurada con maestría hace unos meses por Manuel Antonio Ruiz-Berdejo y Antonio Díaz Arnido.

Ése fue el momento culmen de una celebración que, a su vez era el cenit de los actos celebrados en Sevilla por el V centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús. Ayer se vivió un día muy grande en el Santo Ángel. En la comunidad de frailes carmelitas y en la propia calle Rioja, convertida en una prolongación del templo en la que muchos devotos pudieron seguir la ceremonia gracias a la gran pantalla instalada. Que era una jornada festiva se palpaba en el ambiente, pero por si había alguna duda lo recordaban antes del comienzo de la eucaristía: "No os cortéis en aplaudir, en dar las gracias. En decir viva. En piropearla. Ella es la reina de esta casa y de todos nosotros. Se merece que le mostréis todo vuestro amor y cariño".

Puntual comenzaba la solemne eucaristía cantada de manera magistral por la coral de San Felipe Neri. El arzobispo Asenjo disertó en su homilía sobre el misterio de la coronación del Virgen. "La coronación canónica es un acontecimiento largamente soñado por la familia carmelita y sus devotos. Es natural la alegría que percibo en vuestros rostros. Este día quedará escrito con letras indelebles en la comunidad. Es un hito en el quinto centenario de Santa Teresa". Asenjo volvió a recalcar que la Virgen del Carmen del Santo Ángel era la más bella de la Archidiócesis.

Una hora y media duró la celebración que tendrá su continuidad desde  hasta el miércoles con el besamanos extraordinario a la Virgen.