Una leyenda en mármol

El Sevilla redondea una década para los anales proclamándose pentacampeón ante el Liverpool y ya es mito vivo de Europa El hito de los tres títulos seguidos lo lleva de nuevo a la Champions

Foto: Antonio Pizarro
Foto: Antonio Pizarro
Eduardo Florido

19 de mayo 2016 - 05:02

Sí. Lo hizo. Sí. Quedó escrito. Grabado en mármol, con el mismo anclaje de eternidad que la Acrópolis de Atenas o el Coliseo de Roma. El Sevilla fue el más fiel portavoz de su leyenda, la que nació aquel 27 de abril de 2006. Una década después le pudo dedicar a Antonio Puerta el pentacampeonato de la UEFA Europa League. Ya es mito vivo del Viejo Continente, porque lo hizo ante otro mito que aspiraba a igualar su proeza en el palmarés de la copa sin asas, el sin par paragüero. Qué mejor recipiente para recoger la sangre, el sudor y las lágrimas de tantos héroes que cincelaron en oro una historia mitológica, homérica, que será contada de boca en boca por las generaciones venideras. Tradición oral sobre mármol eterno. En honor a las generaciones pasadas, a las que atravesaron el desierto con fe inquebrantable. Y a los héroes caídos.

La historia quiso poner como testigo de la nueva hazaña nada menos que al Liverpool, pentacampeón de la Copa de Europa y tricampeón de la UEFA. Silvio Fernández Melgarejo les ganó la partida a los Beatles. El rock y la canzone pudieron con el pop. El crisol de cabeza, corazón, calidad y coraje obró la proeza. Eindhoven, Glasgow, Turín, Varsovia... y Basilea. Y, si ya el tetracampeonato era un hito histórico, el tercer título consecutivo es otro más, una nueva muesca. Nadie antes había conseguido tres paragüeros seguidos. Tenía que ser el Sevilla.

La historia de amor entre el club de Nervión y este torneo merecería una letra de Lennon y McCartney. Atrás quedaron grandísimos y míticos equipos del Viejo Continente, desde el Liverpool, el último que se coronó tricampeón en aquella final épica ante el Alavés en 2001, hasta el Inter, con su septenio mágico entre 1991 y 1998, y la Juventus, la primera escuadra que levantó tres veces el preciado trofeo sin asas, gracias a su triunfo en 1993.

Por ser puristas con la historia, habría que destacar que este Sevilla también vence en el palmarés a Barcelona y Valencia. El primero ganó tres Copas de Ferias, entre 1958 y 1966, si bien en la primera era una selección de la ciudad. Y el segundo dos, 1962 y 1963, y luego una UEFA en 2004. El Sevilla superó a Real Madrid (1985-1986), Valencia (1962-1963) y al Barcelona (1960-1961) superándose también a sí mismo con esta serie de tres.

Para la UEFA, no obstante, el peso del palmarés lo mantenían Liverpool, Juventus e Inter hasta la irrupción del Sevilla. Basta repasar los nombres de los héroes precedentes a esta hazaña para que el cosquilleo de la más alta gloria erice la piel de los sevillistas. El Liverpool de Kevin Keegan y John Benjamin Toshack en 1973, con la recién estrenada Copa de la UEFA que sustituyó a la Copa de Ferias. La Juventus de Roberto Baggio en 1993, que cerró el trío abierto en 1977 un equipo histórico: Dino Zoff, Gentile, Tardelli, Scirea o Bettega... Y el Inter del ex sevillista Zamorano o del legendario Ronaldo, que cerraron en 1998 su periplo triunfal.

Keegan, Toshack, Scirea, Zoff, Baggio, Ronaldo... A estos nombres hay que sumar los de Gameiro, Banega, Vitolo, Krychowiak, Mariano, Rami, Carriço, Coke, David Soria, N'Zonzi, Reyes en su ocaso... Artífices de un título labrado sobre un esfuerzo ímprobo, que dejó en el camino a compañeros malheridos: Andreolli, Tremoulinas y Krohn-Dehli. La legión de Emery hizo aún más eterna la epopeya del equipo de Juande Ramos, Palop, Daniel, Javi Navarro, Maresca, Luis Fabiano, Jesús Navas, Kanoute... y Puerta. Todo pareció cerrarse con su trágica muerte el 28 de agosto de 2007. Parecía irrepetible. Hasta que Emery emuló a Fidias y fue labrando, año tras año, sobre los proyectos de Monchi, un Partenón de fútbol, piedra sobre piedra, proporción áurea de leyenda y realidad. Pese a los vaivenes de cada estío, un Sevilla marmóreo.

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