El artículo 155 de la Constitución establece que "si una Comunidad Autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras Leyes le impongan, o actuare de forma que atente gravemente al interés general de España, el Gobierno, previo requerimiento al Presidente de la Comunidad Autónoma y, en el caso de no ser atendido, con la aprobación por mayoría absoluta del Senado, podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquélla al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general". Esto es, el Gobierno de Mariano Rajoy siempre tendrá en última instancia la posibilidad de suspender la autonomía catalana, una posibilidad remota y que ni el presidente ni ninguno de sus ministros quisieron plantearse ayer ante el órdago secesionsita de la Generalitat.

Esa suspensión de la autonomía es un fantasma que está empezando a elevarse en el imaginario colectivo y ya se le apareció ayer a Rajoy en forma de pregunta de los periodistas durante la rueda de prensa que ofreció ayer en Moncloa con el presidente del Consejo Europeo, Hermaqn Van Rompuy. El jefe del Ejecutivo se limitó a constatar que es "una previsión que está en la Constitución".

El líder de Unió Democrática de Catalunya (UDC) y secretario general de CiU, Josep Antonio Duran Lleida, admitió que el Gobierno central "está en su derecho" de frenar la consulta anunciada para el próximo 9 de noviembre, pero avisó de que sería un "despropósito" que la respuesta del Ejecutivo fuera suspender la autonomía catalana.

También fue interrogado ayer sobre la posibilidad de aplicar el artículo 155 para suspender la autonomía de Cataluña el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, que escurrió el bulto y sólo puntualizó que la consulta es "claramente inconstitucional" y una "manera burda" de intentar saltarse la ley.

El líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, subrayó por su parte que tras la consulta catalana se esconde un referéndum de autodeterminación con el que los socialistas no están de acuerdo y advirtió al presidente de la Generalitat, Artur Mas, que está llevando a Cataluña a "un callejón sin salida".

En unas breves declaraciones en el Congreso, Rubalcaba reafirmó la posición del PSOE en contra de la consulta y eludió pronunciarse sobre qué actuaciones debe realizar el Gobierno si quiere evitar esa consulta, señalando que corresponde al Ejecutivo popular fijar sus pasos. Ahora bien, aseguró que el presidente del Gobierno y él lo tienen "todo hablado" sobre este tema y comparten sin fisuras la posición en contra de la consulta.

El primer secretario del PSC, Pere Navarro, afirmó que la consulta está "condenada el fracaso" porque CiU, ERC, ICV-EUiA y CUP la han pactado de forma unilateral y sin acuerdo con el Estado, y exigió a Mas que rectifique. "La consulta sobre el futuro de Cataluña tiene que ser acordada entre los gobiernos y legal. La que hoy hemos conocido no lo es y, por lo tanto, no es viable", sentenció.