CUERDAS DEL VIENTO | CRÍTICA

Empieza el llanto de la guitarra

El compositor y los intérpretes de este estreno mundial.

El compositor y los intérpretes de este estreno mundial. / Federico Mantecón

La presente edición del Festival de la Guitarra de Sevilla está dedicada a Federico García Lorca y su universo estético y musical. Además de por su dimensión como músico, Lorca representa el punto de unión entre la vanguardia poética de la generación del 27 y la tradición andaluza materializada en el flamenco y su espectro poético y musical. Ello explica que se haya optado por inaugurar con una obra encargo inspirada en el Poema del cante jondo, concierto complementario del que el próximo viernes ofrecerá el Romancero gitano de Castelnuovo-Tedesco.

David del Puerto dispone una amplia cantata para soprano y cuarteto de cuerdas en un lenguaje mayoritariamente tonal con algunos excursos de atonalidad en la parte instrumental. Se trata de una escritura de densas texturas cambiantes sustentadas sobre una compleja polifonía en la que los temas van circulando, desde la fuga inicial, entre las guitarras como oleadas, como soplos de viento que mecen los campos evocados en algunos poemas. El efecto es subyugante en muchos momentos, de gran belleza formal gracias a la espléndida interpretación del cuarteto, con variada gama de colores y precisión absoluta en los complejos pasajes en que van intercambiando líneas musicales.Con la ayuda de García Rodríguez (con su gesto siempre claro y preciso y su capacidad para poner en pie las más complehjas partituras), Sachika Ito ha podido poner en pie esta obra en sólo día y medio, con un resultado espectacular. Con pronunciación nítida y voz siempre en su punto justo de colocación, su fraseo brilló por su intensidad y su atención a acentos y reguladores.

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