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Orquesta Barroca de Sevilla | Crítica

Un Bach de altura en la Cartuja

La OBS en Cartuja Center Cite

La OBS en Cartuja Center Cite / Luis Ollero

La Orquesta Barroca de Sevilla repitió su visión minimalista de la Suite nº2 de Bach que ofreciera ya en octubre en la Anunciación con la diferencia de que el Cartuja Center Cite cuenta con un sofisticado sistema de amplificación que permitió escuchar con claridad al conjunto pese al desmesurado espacio medio vacío (¡y frío!). Curiosamente, el clave fue el único instrumento que se vio seriamente perjudicado durante el concierto, posiblemente por su ubicación en el centro del grupo, perpendicular a la boca de la escena y sin tapa, lo cual afectó seriamente al Quinto de Brandeburgo, el punto más bajo de un recital que la OBS se sabe de memoria porque lleva semanas con él en gira por media España.

Era el debut del conjunto sevillano en este espacio y aunque el aforo ocupado puede dar la idea de vacío, cabe recordar que la capacidad del teatro pasa de los dos mil espectadores, con lo que los asistentes a esta cita posiblemente habrían llenado a rebosar su habitual sede del Espacio Turina. La fidelidad del público es uno de los valores de la OBS, y en esta matinal de un domingo de puente volvió a demostrarse otra vez..

La posición del clave no era obviamente gratuita, sino que venía condicionada porque fue Alfonso Sebastián quien desde el instrumento se encargó de la dirección del conjunto. Su visión de Bach está puesta perfectamente al día en materia de fraseo, articulación, dinámicas, lo cual no evitó que hubiera algunas discordancias llamativas, por ejemplo, entre una Sarabande más bien laxa y la muy articulada Polonesa en una Suite que se movió también entre el lirismo exacerbado del Rondeau y la agilidad vibrante de la Badinerie, otra vez con un Rafael Ruibérriz aportando pequeños toques decorativos que la hicieron sentir como nueva.

Notable relieve alcanzó la interpretación del 3º de Brandeburgo, con un Leo Rossi en absoluto estado de gracia, marcando desde el primer violín una acentuación pujante. Interesante escuchar ese pequeño desarrollo ornamental para los acordes de transición del tiempo lento antes de un final en el que las diez voces de la obra se cruzaron de manera brillantísima y con espectacular claridad. Uno de los momentos auténticamente álgidos de la OBS en sus últimas comparecencias sevillanas.

Como se ha dicho ya, el 5º de Brandeburgo supuso una bajada notable de tensión (acaso también porque siguió a ese extraordinario ). El clave quedó en muy segundo plano no tanto en su gran cadencia (toca solo, claro), lo que perjudicó la riquísima polifonía de la obra, que el instrumento de teclado tiende a amalgamar. La OBS había reforzado la parte del ripieno, pero ello no parece suficiente razón para explicar esa falta de equilibrio, que afectó también al tiempo lento en el que traverso, violín y clave dialogan como solistas entre sí e incluso a un final, de rítmica especialmente briosa, en el que el violín de Rossi perdió un punto esa brillantez que acababa de mostrar minutos antes.

El ripieno reforzado se mantuvo para el 4º de Brandeburgo, con el que la OBS volvió a ofrecer lo mejor de sí misma, merced a una interpretación tan ágil y colorista (¡las flautas dulces!) como transparente y en el que Sebastián se permitió flexibles juegos con la agógica.

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