Sustancia de Pessoa
De libros
La ficha
'Diarios completos'. Fernando Pessoa. Ed. y trad. Gonzalo Torné. Hermida Editores. Madrid, 2017. 278 páginas. 20 euros.
Como dice Manuel Moya, benemérito traductor de buena parte del inabarcable corpus pessoano, continuamente reordenado por los estudiosos en ediciones que rara vez proponen el mismo texto que las anteriores, el Pessoa más íntimo no se encuentra tanto en sus escritos más o menos confesionales como en aquellos otros, por ejemplo algunos relatos, donde el autor se relaja y presenta a través de sus personajes. En virtud de una de las muchas paradojas que explican su escurridiza figura, Pessoa se muestra con más nitidez cuanto mayor es la distancia aparente de lo que nos cuenta. Por lo mismo estos Diarios completos, editados y traducidos por Gonzalo Torné, reflejan "una interioridad que, lejos de rezumar emoción subjetiva, enseguida toma una coloración impersonal". Pocos escritores como el portugués han habitado una realidad tan puramente mental, a la vez ensimismados y ajenos a sí mismos.
Pese a un título equívoco que no se corresponde exactamente con los contenidos, pues ni se trata sólo de los diarios ni por otra parte estos, como cualquiera de las obras de Pessoa, estarán nunca completos, la antología de escritos autobiográficos que propone Torné está hecha con criterio y tiene sentido en la medida en que reúne textos heterogéneos que abordan, desde dentro, el enigma de su famoso drama em gente: notas personales, un puñado de apuntes diarísticos que como bien señala el editor no pasaron de "intentonas", fragmentos del Libro del desasosiego -la obra maestra de Bernardo Soares, verdadera cumbre del siglo- y una breve selección de sus tres principales heterónimos los poetas Alberto Caeiro, Ricardo Reis y Álvaro de Campos. El "gran cronista del fracaso", como afirma Torné, "atiende antes a la reflexión sobre la sustancia vital que al enhebrado de vivencias", entre otras cosas porque las suyas, las del hombre o los hombres que fue Pessoa, tuvieron lugar no en los desolados exteriores de un mundo profundamente insatisfactorio, sino en el maravilloso y múltiple interior, siempre en tensión entre la razón y el desvarío, de una cabeza escindida.
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