El Betis de Manuel Pellegrini es insaciable. Ni el azúcar de dos victoria seguidas frenó el ansia competitiva de este equipo, que devoró al Valencia en todos los terrenos. La superioridad generada desde la pizarra, con Canales y Juanmi moviéndose por zonas interiores, más el liderazgo de un incomensurable William Carvalho, acabaron pasando por encima de los chés, sorprendidos por ese caudal de juego de un Betis que también fue al límite en cada duelo cuando necesitaba recuperar la pelota.

Ha engrasado la maquinaria Pellegrini, que realizó cinco cambios en el once, pero que mantuvo a esa columna vertebral que forman Guido, William, Canales y Fekir, a los que añadió la continuidad de Juanmi, inspiradísimo, y de Borja Iglesias, superior a todos los centrales del equipo valencianista. Ni las pocas dudas que existieron atrás, con ese gol concedido por Bravo, o en alguna acción aislada de Guedes o Marcos André, supuso un freno al mejor Betis del año.

Defensa

Únicamente Álex Moreno repitió en la zaga, con otra exhibición de físico que lo hace estar ahora mismo por delante de Miranda. En el centro regresaron Pezzella y Víctor Ruiz, que tuvieron alguna descoordinación sin mayor trascendencia, y Montoya en el costado diestro, también hoy por hoy más fiable que Bellerín.

Pero la mejor defensa bética vino por la perfecta ocupación de los espacios de la medular, contando a Canales, Fekir y Juanmi en esa presión en campo rival, y por esa mayor intensidad en los duelos que hacía llegar a los béticos siempre con ventaja.

Pellegrini habla con Canales.

Con la entrada de Guardado y tras el 4-1, el Betis bajó las revoluciones para controlar el juego y dejar pasar los minutos con ese marcador tan favorable.

Ataque

La pizarra de Pellegrini detectó el punto más débil del Valencia, y Canales y Juanmi tenían libertad por los pasillos interiores para generar superioridades, dejando los carriles a los laterales, y aprovechando los movimientos sin balón de Borja Iglesias. A ese fútbol veloz e intenso se añadió la exhibición de William Carvalho, que gobernó la medular para que en el partido se jugase a lo que el Betis quisiera.

No se quedó ahí la perfecta lectura del juego por parte de los heliopolitanos, que incluso recurrieron a Bravo, mejor lanzador que Pezzella y Víctor Ruiz, para jugar en largo y buscar la espalda de la adelantada zaga ché. Así llegó la sentencia con el merecido gol de Juanmi, después de que el propio Pezzella aprovechase un saque de esquina para lucir su remate de cabeza.

Virtudes

La capacidad competitiva del equipo, que salió intenso desde el minuto uno. Si a eso le añade la calidad de William o Canales, la inspiración de Juanmi, Borja...

Talón de Aquiles

Algún desajuste atrás en los inicios y en el gol encajado.