Los movimientos que se produjeron ayer en las oficinas del Benito Villamarín no afectan, por ahora, a la hoja de ruta marcada por el todavía consejero Rafael Salas, que tiene previsto seguir con los planes de su candidatura a la presidencia de la entidad.

Así, en los próximos días, Salas pretende reunirse con los máximos dirigentes del club para acreditar que posee el 5% de acciones necesarias para solicitar una Junta Extraordinaria de accionistas, una cuestión que ya quedó pactada con el presidente, Ángel Haro, hace casi dos semanas. De esta forma, ya quedaría en manos del club realizar la convocatoria de la misma, con la idea de que se pudiera celebrar a comienzos de julio.

Una vez que la Junta ya tuviera una fecha fijada, algo que se confía en que pudiera realizarse esta semana, Salas presentaría públicamente su candidatura y desvelaría las claves de la misma, algo que de momento mantiene en secreto. Eso sí, la idea del consejero pasa por darle una prioridad absoluta al tema deportivo, su punto principal de fricción con Haro y Catalán, ya que no comparte ni la forma ni el fondo con respecto a estos temas de los actuales dirigentes.

Desde un primer momento, Salas ha sido muy claro tanto con Haro como con Catalán a la hora de anunciarles su deseo de presentar una candidatura -algo que el propio presidente admitió como natural cuando presentó el pacto con Luis Oliver- y su deseo es que las reglas del juego sean las mismas para todos en unas elecciones entre béticos. Salas cuenta con el respaldo de Béticos por el Villamarín, pese a la diferencia de criterios en algunos aspectos, e intentará seguir ganando adeptos de aquí a la Junta.