Santa Cruz recupera el nimbo para su crucificado esta Semana Santa

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Se trata de un atributo que antiguamente portaba el Cristo de las Misericordias

Es una obra del orfebre José Delgado López

El alcalde es de ruan, pero no de silencio

El Cristo de las Misericordias, con nimbo.
El Cristo de las Misericordias, con nimbo. / Pablo Martínez

Es ya una de las estampas de la Semana Santa de 2025. El Cristo de las Misericordias, titular de la Hermandad de Santa Cruz, recupera uno de los atributos que antaño lo hicieron inconfudible: el nimbo que rodea su rostro. Se trata de una pieza realizada por José Delgado López, cargada de simbolismo.

El doctor en Historia Pablo Borrallo ha ofrecido en redes sociales una detalla explicación de esta pieza, que se pudo contemplar en el crucificado de Roldán en la Semana Santa de 2021, la segunda de la pandemia del Covid, que dejó a la ciudad sin cofradías en la calle. Ahora se podrá ver en la calle, el próximo Martes Santo.

Borallo recuerda que las potencias que coronan las sienes de las imágenes cristíferas (y de las que el Cristo de las Misericordias se encuentra desprovisto) hunde sus raíces en los nimbos cruciformes bizantinos. "En ellos los tres brazos de la cruz sobresalían por detrás de Cristo, escondiéndose el tramo largo tras la espalda", refiere el historiador.

El Cristo de las Misercodias, en su paso con la Virgen de la Antigua.
El Cristo de las Misercodias, en su paso con la Virgen de la Antigua. / Pablo Martínez

Estos tres brazos, que luego darían lugar a las potencias, representan la condición de Jesús como sacerdote, profeta y rey. También simbolizan que Cristo, al ser Dios verdadero, es la auténtica potencia, de ahí su nombre.

El empleo de la aureola en el Cristo de las Misericordias se relaciona con el momento pasionista que representa, cuando entrega el alma al padre, la Nueva Alianza, instante en el que el rostro de Jesús resplandece, como ya le ocurrió a Moisés en el monte Sinaí al consumarse la primera alianza de Dios con su pueblo.

Su forma cicular alude también al infinitud y eternidad, donde no hay principio ni fin, pues Cristo es el Hijo de Dios.

Primer plano del Cristo de las Misericordias con el nimbo.
Primer plano del Cristo de las Misericordias con el nimbo. / Pablo Martínez

Nos encontramos, por tanto, ante una recuperación cargada de simbolismo y personalidad, que se ve completada con el atavío tan particular que presenta la Virgen de la Antigua, la dolorosa arrodillada ante el Cristo de las Misericordias.

Dicha estampa puede contemplarse desde este miércoles en la parroquia de Santa Cruz.

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