El Palquillo

Un regreso muy esperado a la Capilla de los Marineros

El regreso de la Esperanza de Triana a la Capilla de los Marineros / José Ángel García

Han sido unas semanas y estaba muy cerca, en la Parroquia de Santa Ana. Pero sus vecinos echaban de menos verlos en su casa, en la Capilla de los Marineros. Se fueron en Navidad, después del besamanos de la Virgen. Triana era anoche más barrio que nunca y casi Madrugada a las siete de la tarde. Entre la Real Parroquia de Santa Ana y la Capilla de los Marineros la calle Pureza era un auténtico río de personas que – móvil en mano– no querían perder ni un detalle de este traslado.

Un recorrido de 160 metros donde cabía todo el corazón. La Esperanza de Triana vuelve a su capilla después de que se hallan realizado obras de adecuación en el presbiterio y en la nave de la epístola. Una vez llegada a la sede canónica de la corporación trianera, la calle rompió a orar. El rezo del Padre Nuestro, un Ave María y el Bendita sea tu pureza. El 2 de febrero fue la fiesta de la Candelaria con la que se conmemora la presentación de Jesús en el templo y la purificación de María.

En cuanto lo portadores de las andas de la Virgen llegaron a la puerta de la capilla, comenzaron las primeras letras de Salve, Esperanza Marinera. “Dios te Salve, Reina, Madre y capitana”, cantaban con el fervor de la fe transmitida de madres a hijas, de abuelos a nietos.

Pero no terminaba aquí la devoción de la tarde de un sábado de febrero. Una vez situada en la capilla, el Cristo de las Tres Caídas, continuaba en via crucis. Un recorrido en el que la música de capilla hacía aún más recogido e interior el rezo de las 14 estaciones hasta terminar de nuevo en la Real Parroquia de Santa Ana, donde del 6 al 11 de febrero se celebra el quinario y la Función Principal en honor del Cristo de las Tres Caídas.

Una vez finalizadas las obras, que comenzaron el pasado mes de abril, tras emprender la ambiciosa reforma del camarín de la Virgen, el templo tendrá planta de cruz latina y el Cristo de las Tres Caídas tendrá un camarín visitable y con la opción de un besapiés permanente.

El diseño es obra de los arquitectos Aurelio Gómez de Terreros y Rafael Galiano. Los trabajos, cuentan con el asesoramiento artístico de Javier Sánchez de los Reyes e Ignacio Sánchez Rico y están presupuestados en 310.000 euros.

La reforma también afecta a la sacristía, que se ampliará y trasladará desde su actual ubicación a la zona en la que actualmente se ubica el retablo del Cristo y el actual acceso a los camarines, dotándola así de mayor amplitud y situándola en un espacio más próximo al altar de celebración.

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