Sevilla

Buenos días, Majestades

  • José Pérez Bernal (Melchor), Francisco Herrero (Gaspar) y Rafael Gordillo (Baltasar) presidirán la cabalagata de la ciudad.

AUNQUE muchos hayan coronado a Twitter, Facebook y Tuenti como monarcas de lo nuevo, esta edición de la Cabalgata tiene un delicioso marchamo historicista. Los Reyes nunca son los padres, leyenda urbana propagada por el taimado Herodes; serían en todo caso los abuelos. Aquellos pioneros de la Cabalgata de 1918 cuyas levitas, chisteras y bastones volverán a las calles de Sevilla con la recreación del sastre Manuel Ibáñez. "José María Izquierdo era el alma espiritual y Vicente Llorens, el de los cines, el alma material", dice Miguel Cruz Giráldez, Mago de la Fantasía de esta edición, galardón que con su formación literaria suena a Tolkien o a Cunqueiro.

94 cabalgatas después, los sucesores de Miguel Bravo Ferrer, Izquierdo y Antoñito, el botones del Salón Llorens, que entonces encarnaron respectivamente a Melchor, Gastpar y Baltasar, aparecieron por arte de magia en La Raza. "Buenos días, Majestades", los saludó Pedro Sánchez-Cuerda, director de este grupo hotelero fundado en 1932. A Melchor (José Pérez Bernal) y Baltasar (Rafael Gordillo), el lugar les pillaba de camino a sus destinos en el hospital Virgen del Rocío y en el campo del Betis. Gaspar (Francisco Herrero) llegó algo resfriado "por el cambio climático entre Oriente y Occidente", pero tiene a su favor que el Ateneo, artífice de la Cabalgata, y la Cámara de Comercio que preside tienen 125 años de historia. Manuel Sainz, el nuevo director de esta ilusión colectiva, le hará un guiño a ese siglo y cuarto de afanes incluyendo en el recorrido la calle Sales y Ferré, el catalán que se convirtió en el primer presidente del Ateneo.

Hubo roscón de Reyes para los Reyes Magos. Hermosa redundancia. Como que la Estrella de la Ilusión, 19 años, estudiante de segundo de Derecho, se llame Belén Esperanza. Palabra fundamental en tiempos en los que no ve bonanza ni el Virginiano. La Carroza de la Esperanza es el nombre que Pérez Bernal, coordinador de trasplantes del Virgen del Rocío, le puso a ese barco urbano en el que navegarán 28 niños trasplantados. Están los Reyes atentos a los desvalidos: Alberto Máximo Pérez Calero, presidente del Ateneo, sigue el rito de su predecesor y colega, Antonio Hermosilla, que instituyó una ruta alternativa de hospitales; este año toca Valme. La generosidad de un empresario madrileño ha permitido repartir un trailer de juguetes por medio centenar de instituciones; han llevado alimentos al economato solidario de la calle Gólgota.

La Estrella orienta a sus Majestades y también a los muñidores del cortejo. "Nos amparamos en la fortuna para que no llueva", admite Manuel Sainz, que se siente "en el coche de cuadrillas por la calle Iris". Pedro Lissén, su impertérrito colaborador, mira al cielo protector de Paul Bowles para que se sume a la fiesta. Recuerda una Cabalgata en la que uno de los Reyes Magos era Manuel Román, entonces presidente del Consejo de Cofradías "y el agua caía en tromba por las gárgolas de la Catedral". Es que en Semana Santa siempre llueve en Sevilla.

Saldrán de la Fábrica de Tabacos, que abrirá sus puertas con la solemnidad de un Martes Santo. Ninguna otra Universidad inicia su andadura con tanta antelación para una multitud de estudiantes precoces: párvulos licenciados en la especialidad de la ilusión, padres de alumnos que vuelven a la niñez con la pregunta de Jorge Urrutia en su pregón de la Cabalgata: "¿Cómo volver a la sombra cuando se conoció la luz?".

Desde la carroza de Baltasar lanzarán 8.000 baltasarines con el tres de la espalda, el número de la leyenda bética y del rey de los nubios. Gaspar, que aterrizó en la realidad del paro y del déficit ante el delegado de esos sinónimos que son Fiestas y Empleo, Gregorio Serrano, y se acordó de los pequeños y medianos empresarios y sus grandes empresas, hace historia: después de los hermanos Belmonte (Juan y Rafael), los hermanos Vázquez (Pepe Luis y Manuel) y los hermanos Cadaval (Jorge y César), le añadirá la saga de los Herrero; su hermano Santiago, presidente de la CEA, fue Melchor en 2001, odisea en el espacio. La asignatura pendiente de la Cabalgata, tan precaria como aquel portal de Belén.

Salud, sueños, solidaridad. Las tres palabras en las que el doctor Pérez Bernal sintetiza su aventura. Melchor, Gaspar y Baltasar funden vivencias y caminos. No quieren que se les escape el momento. Son Reyes tan normales que dos de los tres -Melchor y Baltasar- tienen yerno. Gaspar tiene nuera. Los Reyes no son los padres, son los abuelos. En la carroza de Baltasar van Alejandro y Amador, nietos de Gordillo, y a Gaspar lo acompañará Claudia, nieta de Herrero. Hoy lo anuncia todo el Heraldo (Antonio Luque). ¿Dónde se meten los niños del 17? En la Cabalgata del 18.

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