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Día del arte islámico

La Giralda, la herencia del arte islámico de Sevilla

La Giralda y la Catedral, de noche.

La Giralda y la Catedral, de noche. / Juan Carlos Muñoz

El 18 de noviembre se celebra el Día Internacional del Arte Islámico, un tipo de arte del que Andalucía y gran parte de España beben dada su historia con esta religión durante gran parte del medievo. En Sevilla, esta herencia sigue siendo especialmente visible en muchos de sus monumentos importantes, como es el caso del Real Alcázar de Sevilla, pero también en otros, como la Giralda, cuyas obras de restauración se retomarán el próximo año.

La Giralda, un símbolo de la ciudad

Con el tiempo, la Giralda se ha convertido en uno de los elementos más reconocibles de Sevilla, además de haber sido testigo directo de los cambios que la ciudad ha vivido desde que fue la torre comenzó su construcción en las últimas décadas del siglo XII. Y no solo eso, sino que también ha sufrido esos mismos cambios en sus propias piedras.

La Giralda comenzó a ser construida a finales del siglo XII, cuando Sevilla pertenecía al control de los almohades. En esta época, la ciudad pasó a ser la capital de Al-Ándalus, lo que favoreció la construcción de nuevos edificios e infraestructuras para la nueva sede del poder.

Esto hizo también que se necesitara una nueva mezquita, puesto que aquella que se encontrara donde hoy está la iglesia del Salvador se quedó pequeña. En la primavera de 1184, Abu Yaacub Yúsuf, quien gobernaba en aquel momento, ordenó también la construcción de un alminar y de una muralla, que estarían unidos, aunque la construcción de la torre no empezaría hasta otoño de ese mismo año. 

Ahmad Ben Baso fue quien inició su construcción, comenzando por los cimientos, que según sondeos del siglo pasado pudieron alcanzar los 9 metros de profundidad. En un principio se usó piedra como el material para la obra, pero un cambio en la dirección encargada de la construcción supuso también un acercamiento a lo que se ve hoy en día, gracias a Alí de Gomara. Se cambió la piedra por el ladrillo, que es lo que le da su aspecto característico.

Tras la toma cristiana de Sevilla, la Giralda pasaría a ser la torre de la Catedral, convirtiéndose en su campanario desde el siglo XIII. Sin embargo, posteriormente, la parte superior de la torre almohade fue sustituida por el deterioro que sufría, cambiando algo el estilo general de la misma. 

No es hasta el siglo XVI cuando la Giralda recibe el elemento que le da su nombre: el Giraldillo, la estatua de bronce que hace de veleta y que representa la 'fe victoriosa'. Esta estatua renacentista sería realizada por Bartolomé Morel y colocada en la torre en el año 1568.

La Giralda, ejemplo perfecto de la herencia islámica de la ciudad, se ha convertido en un representante de Sevilla tanto dentro como fuera de las fronteras nacionales, lo que explica que por el mundo se puedan encontrar réplicas y estructuras inspiradas en esta famosa torre.

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