Caparrós y Osasuna: una historia de miedo para olvidar
El técnico utrerano dirigió ocho partidos al frente del combinado rojillo
Caparrós, muy pendiente de los olvidados de García Pimienta

El mundo del fútbol y la vida dan muchas vueltas, algo de lo que Joaquín Caparrós Camino es muy consciente. Afrontando su cuarta etapa al frente del Sevilla Fútbol Club, el utrerano consiguió cortar una racha de cuatro derrotas que parecía imposible de frenar con un empate ante el Deportivo Alavés que no dejó contento a nadie. Ahora, a falta de seis jornadas para finalizar LaLiga, los hispalenses deberán enfrentarse al Club Atlético Osasuna en El Sadar, un partido que nunca es fácil para los equipos que visitan el feudo pamplonica.
En la ida, el reparto de puntos gracias a los goles de Ante Budimir y Dodi Lukebakio supuso un jarro de agua fría para los pupilos de Xavi García Pimienta, que venían de derrotar al Rayo Vallecano en el Ramón Sánchez-Pizjuán y querían sumar su segunda victoria consecutiva, algo que aún no han conseguido a estas alturas de la temporada. Con el agua al cuello después de un final de marzo y principio de abril insufrible en lo deportivo, el técnico utrerano tratará de sumar tres puntos en un estadio que conoce muy bien.
Una etapa negra
Corría el mes de noviembre de 2016, y Osasuna únicamente contaba con una victoria en su casillero después de once jornadas ligueras. Enrique Martín era cesado tras un año y medio al frente del combinado rojillo, y la directiva pamplonica optaba por un Joaquín Caparrós que no entrenaba desde que fue despedido del Granada hacía prácticamente dos temporadas. La llegada del utrerano parecía ser lo necesario para despertar el ánimo del vestuario y la grada de El Sadar, aunque las cosas no fueron como se esperaba.
El técnico se estrenó con una dolorosa derrota en Butarque frente al Leganés por 2-0, algo que fue a peor después de caer en casa ante el Atlético de Madrid por 0-3. La Copa del Rey tampoco comenzó con buen pie para Caparrós, que cayó 1-0 en Los Cármenes contra un Granada que sería el único equipo peor que los pamplonicas en aquella temporada. El murmullo en la grada se incrementó después de volver a ser goleados en LaLiga, en esta ocasión por 3-1 en el campo del Sporting de Gijón.
La suerte tampoco acompañaba en el calendario, y el Fútbol Club Barcelona se encargó casi de dar la puntilla al conjunto rojillo, ganando en el Sadar 0-3 y tensando la cuerda entre Caparrós y una directiva que no sabía qué tecla tocar para darle la vuelta a una temporada que terminaría con el club bajando a Segunda División con una diferencia de trece puntos con respecto a la salvación.
Después de caer ante el Deportivo de la Coruña en Riazor, el técnico utrerano conseguiría su primera victoria al frente de Osasuna, aunque fue en Copa del Rey. La vuelta del duelo contra el Granada salió cara para los pamplonicas, aunque el pasar a los octavos de final terminaría costándole el puesto a Caparrós tras ser goleados en El Sadar por el Éibar.
Víctima de una muerte anunciada
Caparrós terminó siendo cesado para dejar su hueco a un Petar Vasiljević que fue incapaz de ganar un partido hasta la jornada 30 de LaLiga. Alavés, Leganés y Granada fueron las tres víctimas del combinado rojillo en una temporada para olvidar y que terminó siendo goleados por el Sevilla Fútbol Club en el Ramón Sánchez-Pizjuán por 5-0.
El de Utrera se encontró con un equipo sin alma y en Pamplona saben que no tiene ninguna culpa de lo que ocurrió aquella temporada con Osasuna, aunque hay que recordar que su llegada al conjunto navarro generó mucha polémica debido a su pasado al frente del combinado hispalense, cuyos duelos frente al cuadro rojillo eran muy polémicos a principios de siglo.
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