El Sevilla no se plantea malvender a sus jugadores pese al mal momento económico

Los buitres siguen sobrevolando un Ramón Sánchez-Pizjuán en el que las malas noticias siguen sucediéndose. Tras un mes catastrófico en lo deportivo que le terminó costando el puesto a Xavi García Pimienta y con las Juntas Generales de Accionistas sucediéndose sin pena ni gloria, el informe Champions Report 2025 de la consultora Football Benchmark constató que el Sevilla Fútbol Club es el equipo de LaLiga que generó más pérdidas en el ejercicio de la pasada campaña.

Las informaciones continúan sucediéndose y muchos apuntan a una causa de disolución que desde la entidad blanquirroja consideran inviable. Este término, según la Ley de Sociedades de Capital, ocurre cuando "las pérdidas dejen reducido el patrimonio neto a una cantidad inferior a la mitad del capital social, a no ser que éste se aumente o se reduzca en la medida suficiente, y siempre que no sea procedente solicitar la declaración de concurso", por lo que no implicaría la desaparición del club aunque pone aún más contra las cuerdas al Consejo de Administración.

Mente fría el próximo mercado

Según han comentado fuentes del club a Diario de Sevilla, sería prácticamente imposible que el Sevilla llegase a ese límite, aunque son conscientes de que vender activos antes de que finalice el ejercicio de este curso darían aire fresco a la economía del club. Sin embargo, nadie en Nervión se plantea malvender a los múltiples jugadores que cuentan con ofertas millonarias de distintos equipos interesados en hacerse con sus servicios.

Conscientes de que realizar una gran venta antes del 30 de junio sería un gran plus para cerrar una temporada en la que lo deportivo tampoco ha ayudado a darle la vuelta a la situación económica, la dirección deportiva que encabeza Víctor Orta se encuentra inmersa en planificar de la mejor forma posible un verano en el que deberán reestructurar casi por completo el vestuario, comenzando por encontrar un entrenador que es la mayor incógnita a día de hoy.

Jugadores que generarían una gran plusvalía como los canteranos José Ángel Carmona, Kike Salas, Juanlu Sánchez o Isaac Romero podrían terminar abandonado el Sevilla Fútbol Club si llegan ofertas suculentas. Hay que recordar también que, pese a la reducción de masa salarial generada en esta temporada, los hispalenses son el club con menor límite salarial del fútbol profesional español, por debajo incluso de todos los equipos de Segunda División.

A esta ristra de jugadores habría que sumar los casos de Loïc Badé y Dodi Lukebakio, cuyas ventas parecen inminentes al ser los jugadores mejor valorados del club nervionense. Es cierto que ambos futbolistas rechazaron ofertas para marcharse el pasado mercado invernal, pero en esta próxima ventana de traspasos parece imposible que la entidad hispalense pueda retenerlos. Quedarse fuera de competición europea por segunda temporada consecutiva tampoco ayudará económica y deportivamente a un equipo al que sólo le queda esperar que la mala suerte pase de largo y las aguas regresen a su cauce, especialmente en el apartado administrativo.