En los últimos tres meses son 7 los oligarcas rusos que han muerto en extrañas circunstancias. En esta lista encontramos a Vladislav Avayev, Mikhail Watford, Sergey Protosenya, Vasily Melnikov, Alexander Tyulakov y Leonid Shulman y hay que sumar a Alexander Subbotin, que es último en sumarse, después de fallecer ayer por ingerir veneno de sapo, según fuentes rusas. Todas estas personas tienen en común que eran millonarias, que eran cercanos a la industria del gas y, además, tenían relación con Vladimir Putin.

El primero de este registro en fallecer fue Leonid Shulman, jefe de transporte de Gazprom Invest, quien fue hallado muerto el 30 de enero en San Petersburgo con una nota de suicidio. Alexander Tyulyakov, también un alto cargo de la empresa rusa, se suicidó el 25 de febrero, un día después de que comenzara la guerra en Ucrania.

Mikhail Watford es otro magnate ruso que fue hallado muerto en lo que parecía un suicidio. Vasily Melnikov, director de MedStom, fue encontrado sin vida el 24 de marzo junto a su mujer y a sus hijos, de 10 y 4 años, en su mansión en Rusia. Todos presentaban heridas de cuchillos y la policía barajó que Melnikov matara a su familia y luego se quitara la vida.

El exvicepresidente de Gazprombank y antiguo funcionario del Kremlin Vladislav Avayev también se encontró muerto junto a su familia, su mujer Yelena y su hija María, de 13 años, el 19 de abril. Como Vasily Melnikov y su mujer e hijos, presentaban heridas de arma blanca y la policía pensó la misma hipótesis que en el caso del director de MedStom.

Serguéi Protosenya fue el último de la lista en perder la vida antes de Alexander Subbotin. El exvicepresidente de Novattek, empresa petrolera, apareció muerte en su casa de Lloret de Mar, provincia de Girona. Él fue hallado ahorcado mientras que su familia, también fallecida, lo hacía con signos de violencia, por lo que la hipótesis de la policía volvía a ser la misma que en los dos últimos nombres mencionados.

¿Pueden estar detrás de estas muertes suicidios simulados?

La vinculación que tienen todos estos oligarcas con el poder, tanto político como económico, está abriendo la puerta a que los investigadores internacionales piensen que los suicidios sean simulados y que haya asesinatos detrás de estos.

Aunque no todas las muertes de los magnates rusos son por suicidios. La última en producirse, la de Alexander Subbotin, ha sido debido a un ataque al corazón después de ingerir, se cree, veneno de sapo. Subbotin acudió a un chamán para buscar algo que le curara la resaca y la mezcla que le dio incluía esta tóxica sustancia, aunque aún no ha sido confirmado al 100% por la policía.