lAURA BAENA. 'INSTAMOMS'

"Las redes fueron mi terapia más barata jamás contada"

  • El canal Cosmopolitan estrena hoy un espacio de producción propia sobre madres convertidas en 'influencers'

  • Laura es la fundadora del movimiento de 'Malasmadres'

Laura con una de sus camisetas solidarias de Malamadre. Lo recaudado se destina a la Fundación Aladina.

Laura con una de sus camisetas solidarias de Malamadre. Lo recaudado se destina a la Fundación Aladina. / cosmopolitan

Instamoms: madre hay más que una es el programa de producción propia que Cosmopolitan, en las plataformas de pago, estrena a las diez de esta noche. En este docu-reality se descubren a cuatro influencers que viven su rol de madres de manera diferente. Las protagonistas son Laura Baena (@malasmadres), Ámbar Muñoz (@ambartxu), la conocida repostera Alma Obregón (@alma_cupcakes) y Nohemi García (@familiacarameluchi), en una serie de diez entregas que sigue su día a día. Laura Baena, 36 años y madre de dos hijas, de 5 y 2 años, es la fundadora del club Malasmadres, una comunidad que aglutina a medio millón de mujeres que persiguen un mismo objetivo: la conciliación. Ella misma se define como una "malamadre". Junto a su labor familiar ha creado un espacio de coworking para apoyar a madres emprendedoras.

-Instamoms¿qué le ha animado a dar este salto a la pantalla principal de la casa?

-Lo dudé bastante porque el salto a la tele siempre me ha producido mucho respeto. He dicho que no a proyectos de este tipo porque no conectaban con mi manera de entender la maternidad o porque no respondían a mis valores personales. El programa enseña mi vida como Fundadora del Club de Malasmadres, pero también mi vida personal como madre, amiga, hija, hermana... Para mí fue fundamental el respeto de la productora y la cadena a mis condiciones de mantener la privacidad de mi vida personal, de que lo que muestro fuera reflejo de mí misma y coherente con lo que soy y con lo que comparto en redes sociales. Me apetecía mucho que las malasmadres conozcan más de cerca cómo nació, quién lo forma y cómo es mi día a día de locura.

-¿Qué es lo fundamental que quisiera comunicar?

-La oportunidad de presentar mi experiencia y mi punto de vista sobre la maternidad. Creo que hay muchas mujeres que se definen como malasmadres. En televisión te expones más, pero creo que pueden crearse debates interesantes mostrando el día a día de las cuatro madres de Instamoms.

-¿Cómo define el concepto de instamom?

-Para mí está relacionado con ser una madre que se organiza y comparte en sus redes todo aquello que vive: sus problemas cotidianos, sus vivencias y su manera de pensar. Las cuatro instamoms le ponemos mucha ilusión a lo que compartimos con los demás. Aunque a veces compaginar esta tarea de ser activo en las redes y tu vida personal sea algo complicada.

-Para hacernos una idea de su personal estilo de vida ¿qué veremos en el primer capítulo?

-Lo que puedo adelantar es que las cuatro madres nos hemos esforzado y hemos grabado con mucho cariño. En el primer programa se presenta una de las rutinas a la que toda madre tiene que hacer frente: la vuelta al cole. Cada una de las instamoms le hace frente de manera diferente. Yo lo vivo con una mezcla entre pena y alegría, pero cuando dejo a la niña en el colegio es cuando me doy cuenta de que todo comienza de nuevo. La rutina, el curso y el orden en mi vida.

-¿Cómo se sumó a las redes sociales para contar su día a día?

-De manera natural, sin pretensiones ni ideas preconcebidas. Para mí las redes sociales fueron un desahogo personal, mi terapia más barata jamás contada en un momento que vivía una crisis existencial total al ser madre, siendo profesional en el sector de la publicidad. Me sentí engañada por un modelo social de maternidad que no conectaba conmigo y sentí la necesidad de contarlo, de desmitificar la maternidad y de gritar: "sí, soy malamadre".

-¿Por qué creó incluso un club de malasmadres?

-Mi iniciativa la llevé a cabo cuando fui madre por primera vez hace cinco años y me di cuenta de lo difícil que es la conciliación. Siempre había tenido en mente la idea de madre que vende la sociedad, pero que en realidad deja en un segundo plano todos los problemas con los que te vas a topar. Fundar el club fue mi vía de escape, mi liberación. Con esto me di cuenta de que había muchas madres que tenían el mismo sentimiento: el de culpa por no ser la madre perfecta.

-¿Cómo es, o más bien cómo no es una madre perfecta?

-La madre perfecta no existe así que para mí lo más importante es que sea una buena malamadre, luchadora y que se ría de sí misma, esto último indispensable.

-¿No hay madres perfectas, entonces?

-Me parece un engaño en el que caemos las mujeres que somos madres por primera vez… Ojo, y eso es algo que nos lleva a frustrarnos. Al principio la maternidad ya me parecía complicada, pero cuando tuve que incorporarme al trabajo esta tarea se hizo aún más difícil. Me di cuenta de que la conciliación no existe. Vamos, que era imposible ser una madre perfecta porque no existen tantas horas en el día. Muchas madres así lo piensan. Por eso en el club luchamos por intereses comunes: conciliación, igualdad, educación…

-¿Cómo se compagina eso de ser influencer con el cuidado de sus hijas?

-Intento compaginarlo de la mejor forma posible. Pero es cierto que a veces son mis hijas las que han tenido que decirme que dejase el móvil y es en ese momento cuando piensas que tienes que ser un ejemplo. Cuando estoy con ellas e intento olvidarme de todo para disfrutar del momento.

-¿Qué compromisos adquiere una influencer?

-Tengo un gran compromiso con las malasmadres porque me siento que las represento, que les doy voz, y eso hace que intente siempre ser respetuosa, reivindicativa, coherente, luchadora. Porque no vamos a renunciar. Para mí es muy importante colaborar con proyectos en los que creo porque me parece que tengo una responsabilidad de no defraudar a la comunidad. Para mí las malasmadres, son lo más importante, las que me impulsan a seguir.

-Habrá situaciones familiares que no habrá podido compartir, por pudor, en la redes...

-Muchas veces, claro. De las últimas cuando mi hija va contando las verdades de su malamadre. No puedo confesarlas porque llamarían a mi puerta los de Asuntos Sociales. Pero en mi instagram cuento tantas que creo que me retratan como una buena malamadre-jefa.

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