Vivir en Sevilla

Mujeres y geranios: la historia de cómo defendieron la Macarena lanzando macetas en 1936

Maceta de geranios

Maceta de geranios

La Segunda República española fue el régimen democrático que existió en España entre el 14 de abril de 1931 y el 1 de abril de 1939, fecha en la que finalizó la Guerra Civil (1936-1939) que daría paso a la dictadura de Francisco Franco. 

Durante todo este tiempo la provincia de Sevilla fue una de las más conflictivas de todo el país ya que en ella se dieron varios altercados e intentos golpistas.

Apenas unos meses después de la proclamación de la República, en julio de 1931, unos militares mataron a cuatro presos comunistas en el Parque de María Luisa durante una huelga general. Al poco, en agosto de 1932, el general Sanjurjo eligió esta ciudad para sublevarse contra el régimen republicano en un golpe de Estado fallido y que es lo que se conoce históricamente como "la Sanjurjada". En abril de 1934 tendría lugar la primera concentración pública armada de la milicia carlista de los requetés, simpatizantes del bando nacional.

En las elecciones generales de febrero de 1936 triunfó el Frente Popular, una coalición de partidos de izquierdas, tanto en la capital de Sevilla como en el resto de pueblos. Este hecho no hizo más que aumentar la tensión política y social, por lo que la situación era cada vez más violenta. Solo durante ese mes, tras las elecciones, se contabilizaron 34 asesinatos en la provincia. 

Golpe de Estado en Sevilla

Unos meses después de este hecho, en julio de 1936, tendría lugar el Golpe de Estado contra el gobierno de la República española que daría comienzo a la Guerra Civil y que tuvo en Sevilla uno de sus episodios decisivos. 

El 17 de julio comenzó un golpe de Estado que rápidamente se apoderó del protectorado español de Marruecos. A las 14:00 horas del 18 de julio, una parte de la guarnición de Sevilla se sublevaba contra el Gobierno y ponían al frente del Ejército al general Gonzalo Queipo de Llano. A las 20:00 horas de ese mismo día se rendía José María Varela Rendueles, quien gobernaba la ciudad en ese momento. Aunque trataron de resistir, en las horas siguientes se rindieron sucesivamente el cuartel de la Guardia de Asalto y la base de Tablada.

De manera simultánea sucedía lo mismo en otras provincias andaluzas como Córdoba, Cádiz y Granada. En Málaga, sin embargo, fracasaba. 

Defensa con macetas de geranios

En este contexto de sublevación y violencia, desde la provincia de Huelva el gobierno republicano envío unos 120 guardias civiles y de asalto así como una columna de mineros con dinamita. Pero al llegar a la ciudad de Sevilla, el jefe de los guardias civiles se puso del lado de los golpistas y tendió una emboscada a los mineros, a los que asesinó el 19 de julio en La Pañoleta (Camas). 

En los barrios de Triana, San Bernardo y la Macarena, en los que había milicianos de izquierda, se levantaron varias barricadas con personas que se disponían a resistir con armas ligeras porque no tenían nada más con lo que defenderse. 

El día 20 los militares sublevados lanzaron ataques contra Triana y contra la plaza de San Marcos, que fueron ambos repelidos. Al día siguiente una nueva ofensiva sobre Triana, con más tropas y más organizada, acabó con la resistencia del barrio.

Por aquel entonces la Macarena era una zona en la que vivían personas de condición muy humilde, por lo que los republicanos consideraron que no era necesario dotarlos de armas porque no pensaron que fueran a entrar en esta zona de la ciudad.

Esto hizo que cuando los militares tomaran finalmente el barrio se vieran completamente acorralados. Mientras que los hombres se defendían como podían desde las calles, las mujeres originaron una auténtica batalla campal desde sus casas lanzando todas las macetas de geranios que había en sus balcones contra los golpistas.

El barrio de la Macarena sería uno de los últimos en ser ocupados, lo que acabó sucediendo inevitablemente el 22 de julio. Ese mismo día también se apoderaron de Carmona y de Arahal, últimos obstáculos en la ruta entre Córdoba y Sevilla.

Sevilla se convertía, así, en una de las bases principales de los sublevados para dar paso a la Guerra Civil española, que se extendió hasta el 1939. 

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